¿Eres de los que piensan que la pizza ya nunca jamás podría sorprenderte? Pues te equivocas. Y necesitas urgentemente probar las pizzetas de La Sedici.
Vais a permitirme que sea un poco grosero, pero la verdad es que, al fin y al cabo, la pizza es como el sexo. En serio. Más que probablemente, todo el mundo convendrá en que es una de las cosas por las que merece la pena vivir (y por las que incluso merecería la pena morir). Pero también hay que reconocer que, a cierta edad, una edad tampoco tan elevada, acabas por darte cuenta de que nunca más te sorprenderá… ¿De qué estoy hablando? ¿Del sexo? ¿O de la pizza? ¿Verdad que es fácil confundir ambos conceptos porque son inquietantemente cercanos?
Pues ahora viene el twist narrativo: chiqui, la pizza todavía puede sorprenderte. Y, para ello, lo único que tienes que hacer es acercarte a La Sedici en plena Plaça del Sol (Barcelona). ¿No es este emblemático espacio un lugar por el que siempre pasas cuando vas al barrio de Gràcia? Será porque es un lugar de reunión habitual. Será porque en esta plaza siempre puedes encontrar una cocina que te apetezca. O será porque incluso los barceloneses de pro nos perdemos cuando nos metemos en Gràcia y acabamos recalando en la Plaça del Sol como coordenada básica a través de la que orientarnos.
Será por lo que sea, pero a partir de ahora cada vez que pases por esta plaza vas a querer salir de ella con una pizzeta de La Sedici entre las manos. Para empezar, porque la propuesta de este restaurante es algo así como un take away puramente gourmet: aunque el local es pequeñito y acogedor, más que para quedarse a comer, lo que quieren en La Sedici es que elijas tus pizzetas preferidas (sí, el plural aquí no es para nada casual, así que sigue mi consejo: hazte con tantas pizzetas como te quepan en las manos) y sigas tu camino hacia donde quieras que te dirijas.
Y es que es aquí precisamente donde entra el factor sorpresa de La Sedici. Por si no conoces el idioma italiano, has de saber que «sedici» significa, básicamente, «dieciséis«. Ese es precisamente el diámetro de la masa de las pizzetas de La Sedici, creadas en base a una receta exclusiva del mismísimo Luciano Passeri (para tu información: triple campeón del mundo de pizza clásica y director de la Accademia Pizzaioli de Italia, ahí queda eso). Es una masa esponjosa pero profundamente sabrosa. Y, sobre todo, es una masa ideal para ser doblada dentro de un sobrecito de papel y así poder ir por la calle dándole mordiscos y gozando como si no hubiera un mañana.
La gracia está en lo que pongas sobre la sublime masa de las pizzetas de La Sedici. Y en este punto es necesario volver sobre el concepto gourmet, ya que todos los ingredientes usados en esta pizzería provienen de la agricultura ecológica regional italiana, lo que significa que es una puerta abierta a un mundo de sabores de una calidad extraordinaria (¿o acaso, por mucho que nos duela a nosotros, españolitos orgullosos de nuestros embutidos y quesos, no sabemos que Italia es el único país capaz de competir con nosotros a este respecto?). Mucho ojito, para empezar, con la mozzarela «fi ordilatte» usada en todas las pizzetas de La Sedici, porque es cosa seria. Y, a partir de ahí, es cuestión de que elijas tu preferida: ¿setas? ¿Verduras de temporada? ¿Jamón crudo original de Parma? ¿Salami picante? ¿Patata, butifarra y romero?
Si es que, por tener, La Sedici incluso tiene una pizzeta dulce con crema de avellana que cada mes cambia su topping (espero, sin embargo, que repitan con la pera, porque la mezcla es espectacular). Así que, al final de todo, la conclusión está en bandeja: señoras, señores, la pizza es incluso mejor que el sexo. Y lo es precisamente porque, gracias a La Sedici, la pizza todavía es capaz de sorprenderte mientras que el sexo, venga, vamos, sé totalmente sincero, ¿cuándo fue la última vez que te sorprendió? [Más información en el Facebook de La Sedici]