¿Te aburre escuchar siempre la misma música? Aquí tienes seis nuevas bandas españolas que te van a dar el frescor musical que vienes necesitando.
IRENEGARRY
Irenegarry es mucho más que una de las miembras de shego… Es una artista que se está empezando a labrar una fascinante carrera en solitario.
El confinamiento que sufrimos hace más de dos años estimuló el ingenio artístico de muchas personas. En el caso de Irene Garrido, una de aquellas madrugadas grabó una versión doméstica en español de “Norman Fucking Rockwell” de Lana del Rey rebautizada como “Puto Normando”, que se viralizó hasta traspasar de largo el millón de reproducciones.
Esta especie de pasatiempo nocturno de una chica que había empezado a tocar la guitarra a los ocho años y que ya sabía de qué iba componer canciones llegó un día a los oídos del productor inglés Jamal Hadaway, que le propuso grabar en su país un par de temas: la bedroom-pop e infecciosa “Dime que me Calle” y la R&B y hip-hopera “Ponerme Triste”. Esta última trata sobre sentirse decepcionante (que no decepcionada) y expresa el enfado por alguien a quien se quiere pero que devuelve incomprensión y genera sentimientos de culpabilidad.
El estilo de Irenegarry -este es su nombre de guerra- recuerda al de artistas jóvenes como Kora y otras representantes del neo-pop patrio. Y, al contrario que el ritmo que sigue su generación (Z / post-millennial), Irene escapa de la urgencia para transmitir sus emociones (soledad, crisis existenciales) con calma y tiento. A partir de esa filosofía, Irenegarry ha ido engordando un currículum que incluye varias canciones: “Contéstame a la Historia”, que condensa tribulaciones propias de los tiempos modernos; “AW”, urban pop con toques souleros mediante el que Irene exhibe su habilidad para dominar diferentes registros; y “La de los Amigos”, reflejo de su trabajo casero.
Pero aquí no se queda la cosa… Irene también ha colaborado con DJ Hater en la canción de la película “Zalamero”, ha intervenido en “Mala Fama” de Interrogación Amor y “Vete por Ahí” de Penélope y ganó el Mad Cool Talent 2021. Y, claro, no hay que olvidar que es componente de shego. Cuidado, apártense, dejen paso a la imparable Irenegarry. [Más información en el Instagram de Irenegarry]
LA PALOMA
Que sí, que Madrid sigue siendo cantera… Pero meter a todos los nuevos grupos en un mismo saco sería no hacer justicia a maravillas como las de La Paloma.
La nueva movida indie-pop-rock madrileña que va de Los Punsetes a Hinds, de Biznaga a Las Odio, de Camellos a Tigres Leones o de shego a Carolina Durante -entre muchos otros grupos- continúa avanzando con una sorprendente productividad. Los (pen)últimos en subirse a la ola son La Paloma, surgidos en el barrio de Tetuán (donde tienen su local de ensayo y donde discurre su día a día) en los dos primeros meses de 2020, poco antes de que se decretara el confinamiento.
En aquella época, Nico Yubero y Lucas Sierra (voces y guitarras) tuvieron la idea de unir fuerzas para crear algunas canciones. Luego llegaría el parón pandémico, pero el camino de La Paloma no se detuvo. De hecho, durante la posterior desescalada, se incorporaron al proyecto Rubén Almonacid (bajo y voz) y Juan Rojo (batería) -también con experiencia previa en otras bandas rock y punk-, que apuntalaron las bases de la banda.
Con el noise-pop como ariete, La Paloma fueron soltando en los siguientes meses píldoras en las que confluían ruido y melodía como “Ya Está”, una pieza canónica con algún que otro ramalazo planetero a la que sucedería “Bravo Murillo”, tema inspirado en su barrio y piedra filosofal de sus relatos cotidianos vividos a pie de calle. Es más, se podría calificar su estilo como noise-pop urbano, apegado a las experiencias personales de Nico, Lucas, Rubén y Juan y al desencanto generalizado de su generación.
Esa es la esencia de su EP de debut, “Una Idea, Pero es Triste” (La Castanya, 2021), completado por “Un Momento Oportuno”, un auténtico chute de electricidad perfectamente domesticada. Y todo ello en dos temas: “Siempre Así”, con un ritmo trotón y un espíritu punk a lo Triángulo de Amor Bizarro; y “Palos”, quizá el corte más incisivo del lote con una frase clara y meridiana cantada en bucle.
Con solo ese EP editado, La Paloma viajaron a la otra orilla del charco para tocar en México y en la última edición del festival texano SXSW. Todo un mérito que no hizo que el grupo madrileño se durmiera en los laureles. Pensando en su futuro más inmediato, han compartido “El Adversario”, cuya lírica polisémica se muestra más conceptual que narrativa sin abandonar el punch guitarrero ni la melodía bien esculpida. Así se ha inaugurado la etapa que los conducirá a su estreno en largo, “Todavía No”, con fecha de publicación prevista para febrero de 2023. [Más información en el Instagram de La Paloma]
MIEDO
Bedroom pop, indie, lo-fi, dream-pop… Puedes usar las etiquetas que quieras, pero al final da lo mismo porque Miedo no dan miedo, sino que provacan mucho amor.
Del mismo tronco sonoro madrileño del que salen La Paloma, aunque desviándose hacia sus ramas más pop, surgen Miedo. Su germen se fermentó en la cabeza de Marco, antiguo miembro de Alborotador Gomasio, que decidió emprender su aventura personal desde casa aplicando una política DIY. Así que a Miedo se le podría colgar sin problema la etiqueta bedroom-pop, al que se añadiría también la de indie desde el sentido más primigenio del concepto. Sin embargo, como en otros casos que han desfilado por esta sección, el plan individual inicial se transformó en un proceso colectivo: Marco se acompañó de Raúl, Elena y, por último, de Álvaro, procedente de Chile y de la banda Paracaidistas.
“Proyecto inspirado en esos días en los que parece que todo se va a derrumbar”. De este modo describen Miedo su estilo, un indie-pop que se balancea entre el lo-fi y el dream-pop para, también según sus palabras, “contar esas cosas que la música comercial suele marginar por sentimental”. Con ese propósito bien perfilado, Miedo apelan a la intimidad y a las emociones más profundas encapsuladas en composiciones facturadas, por decirlo así, artesanalmente.
Después de que empezaran a foguearse en directo y de que publicaran varias canciones autoeditadas, Discos de Kirlian -sello que les viene como anillo al dedo- les abrió las puertas de su casa. En los estertores de 2021, vio la luz la primera referencia bajo el amparo de la discográfica, “Miedo I” (Discos de Kirlian, 2021), con dos temas en su interior: “El Monstruo”, con Mariela de los mentados Paracaidistas, de ahí su influjo sudamericano que recuerda a Él Mató a un Policía Motorizado o Las Ligas Menores; y “Miedo”, de mayor afiliación británica.
Con su segundo sencillo, “Como un Juego” (Discos de Kirlian, 2022), Miedo entregaron otro par de relucientes temas: el corte titular, tan delicioso como amargo; y “La Gente Como tú Debería Desaparecer”, logradísima versión de “You Should All Be Murdered” de Another Sunny Day que incluye la demoledora sentencia “las personas que rompieron mi corazón, lo dejaron tan mal, ya nunca se curó / Hicieron tanto daño con su falsa amistad, la gente que no olvida y no sabe perdonar”, perfecta expresión de su ideario.
A comienzos del pasado verano, “Contagio” (Discos de Kirlian, 2022) -con la pieza homónima transmitiendo un dolor devastador y “Salgo de Casa” ahondando en la vena británica del grupo- fue otro peldaño más hacia el primer LP de Miedo, para el cual seguirán grabando material durante el otoño. [Más información en el Bandcamp de Discos de Kirlian]
PIPIOLAS
Mecano, Saint Etienne, Gloria Fuertes, Cecilia, Vainica Doble, La Bien Querida… No son necesarias más referencias para que tu atención se centre en Pipiolas.
Paula (Reyes Morillas) escribe libros. Adriana (Ubani Álvarez) trabaja en danza y teatro. Ambas son actrices. Precisamente, se conocieron en la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD) de Madrid, donde estudiaban interpretación, coro y canto lírico. Así que Paula y Adriana tenían varias opciones artísticas a las que dedicarse y, dentro de ese amplio abanico, también se toparon, cómo no, con la música.Aunque para llegar a ella el camino no fue tan directo…
Uno de los motores que más la alimenta, el (des)amor, condujo a Paula a escribir canciones y, por su conexión personal, pensó automáticamente en Adriana para dar forma a ese incipiente corpus creativo. Ellas tenían las composiciones y las voces, y Vau Boy se ocuparía de la instrumentación y de la producción. Ensambladas todas las piezas, nacerían Pipiolas, autoras de un pop chispeante y adhesivo que han ido moldeando a golpe de single.
En los albores de 2022, Pipiolas dieron su primer paso con “Narciso”, toda una declaración de intenciones por el choque que se produce en su interior entre bedroom, tecno y punk pop, ingredientes en apariencia incompatibles que aquí se combinan en armonía. Y del sonido, a las letras: el segundo sencillo de Pipiolas, “Club de los 27”, es un ejemplo diáfano de la lírica imaginativa del dúo. Posteriormente, en “Un Poco Triste«, Pipiolas probaban con el pop lánguido. Gracias a estos tres temas, Paula y Adriana consolidaban una trayectoria que se iba a acelerar a ritmo de indie-pop con “Domingo Raro” (acompañadas de BeGo) y una versión muy especial: la de “What Dreams Are Made Of”, de la película “Lizzie McGuire” protagonizada por Hilary Duff, hecha en español y en clave disco-house para recordar la felicidad de la niñez.
Sólo faltaba que Pipiolas concretaran sus movimientos en una ópera prima que ha llegado en formato maxi-single con el título de “El Verano que me Debes” (Elefant, 2022), que contiene las canciones ya conocidas (excepto “What Dreams Are Made Of”) bellamente empaquetadas en un vinilo en el que rebotan ecos de Mecano, Saint Etienne, Gloria Fuertes, Cecilia, Vainica Doble o La Bien Querida. Otra mezcla no tan inverosímil que confirma que Pipiolas se atreven con todo. [Más información en el Instagram de Pipiolas]
SALVANA
¿Qué ocurre cuando tienes a Slowdive, Ride y Nothing como faro guía? Que una banda como Salvana es capaz de demostrar que la fórmula del shoegaze todavía no está del todo desgastada.
En febrero de este año, hablábamos en fantasticmag de un grupo nuevo surgido en Barcelona. Se trataba de Salvana, que se presentaban en sociedad con el single “Ingrávida”, una canción cuyo argumento de fondo, el insondable e insoportable impacto de la pérdida, la ausencia y la soledad, casaba a la perfección con el género manejado con devoción y pericia según los modos clásicos por Laura S. Núñez (voz y bajo), Carlitos Nieves (guitarra), Pablo Porcar (guitarra) y Anita Gavidia (batería): el shoegaze. La historia de Salvana comenzó cuando Carlitos y Pablo compartieron horas en el local de ensayo y comprobaron que podía salir algo bueno de su trabajo en común. Luego, se unirían a ellos Laura y Anita, y el proyecto echaría a nadar oficialmente a finales de 2020.
Mediante la mencionada “Ingrávida”, Salvana bosquejaban las líneas maestras de sus composiciones, azotadas por el delay, el reverb, el feedback y la distorsión, elementos con los que construir un poderoso muro sónico; y esbozaban la atmósfera bajo la que se moverían, entre gaseosa y onírica. Con Slowdive, Ride o Nothing como faros guía, el cuarteto barcelonés transmite con máxima fidelidad sensaciones tan ambivalentes como la fragilidad o la melancolía para gestionar la desesperanza, el abatimiento y otros quebrantos del alma mientras se sueltan guitarrazos mirando al suelo. Esa colisión entre introspección e intensidad eléctrica explotó en su EP de debut -producido por Jorge Mur-, “Salvana” (Magic In The Air, 2022).
Con este trabajo, Salvana destapan su capacidad para expandir su paleta sonora hacia el after-punk y el dream-pop (“Jean-Baptiste”), para introducirse en tormentas eléctricas y emocionales y salir airosos (“Keroseno”) o para facturar instrumentales que saben a pura ambrosía (“Cobre”). La fórmula del shoegaze está más que explotada (y explorada), pero Laura, Carlitos, Pablo y Anita han logrado sacarle un brillo cegador. [Más información en el Instagram de Salvana]
TÚ PELEAS COMO UNA VACA
Si no te ha pegado subidón con la referencia a «Monkey Island» de la que extraen su nombre Tú peleas Como Una Vaca, no pasa nada… El subidón te lo pegarán sus canciones.
El primer día en la facultad de telecomunicaciones se conocieron Julio Camarero y Jorge Rodrigo, un buen par de nerds de Madrid aficionados a los píxels y la cultura pop. También les unía su vena musical. Así que, a simple vista, podríamos observarlos como aquellos frikis que triunfaban en un concierto a golpe de tecnopop en una de las comedias juveniles más ochenteras de los 80, “La Venganza de los Novatos”. Pero no se bautizaron con un nombre parecido a ese, sino con uno aún más curioso: Tú Peleas Como una Vaca, basado en el mítico videojuego “Monkey Island”. Para rizar más el rizo, además de componer música juntos, Julio y Jorge también construyen sus propios instrumentos, amplificadores y sonidos extraídos del sintetizador.
No es de extrañar, pues, que de Tú Peleas Como una Vaca salga algo tan estrambótico como divertido con influencias sonoras de los 80 y estéticas de los 90, pero fijándose en las tendencias más actuales. De ahí que en el tecnopop que facturan Julio y Jorge haya hueco para la música disco y el funk por un lado y el trap y el reggaetón por otro. O que se lancen a reinterpretar “Vivir Así es Morir de Amor” de Camilo Sesto -con mash-up de «Bad Guy» de Billie Eilish incluido- o “Ateo” de C. Tangana con Nathy Peluso para reciclarla en “Ateo (Yo Era Hetero)”. A esta absoluta falta de complejos, Tú Peleas Como una Vaca suman unas letras graciosas a la par que irónicas que hablan de apps de ligoteo, amores en atascos o romances surgidos gracias a “Pokémon Go”, lo que acerca al dúo al desparpajo de Ladilla Rusa u Ojete Calor.
“Dueles” y “CIRCO”, dos temas muy synth-drama-pop, fueron el pistoletazo de salida de la carrera de Tú Peleas Como una Vaca, quienes ya tienen en su haber un EP, “NI MU” (Atomic Records, 2022), que contó con David Van Bylen a los mandos. Ahí se hallan “Hechicera”, perteneciente a su anterior aventura, Cabina 14, aunque convenientemente remozada; “Lo Mío no es Bailar”, deudora de La Casa Azul; “Oye Siri”, como una conversación de “Her” entre el protagonista y el sistema operativo aunque sin tanta carga filosófico-sentimental; o “Me Niego Rotundamente a Bailar Reggaetón” y “Postureo”, dos pequeños tratados socio-musicales contemporáneos. Con Tú Peleas Como una Vaca no solo se baila, sino que también se esboza una gran sonrisa. [Más información en el Instagram de Tú Peleas Como Una Vaca]