La Trinidad
La Trinidad fueron seguidores acérrimos de Airbag, luego colegas y, de algún modo, discípulos. Y eso se nota en su música.
VIDA. No hay duda de que el olfato de Sonido Muchacho es infalible. Para comprobarlo, basta con echar un vistazo a su catálogo, en el que destacan desde Carolina Durante hasta fichajes más recientes como Sen Senra, Cariño o la banda que nos ocupa: La Trinidad. Originarios del conocido barrio de Málaga del cual sacaron su nombre, Sixto Martín (voz y guitarra), Jorge Zúñiga (bajo) y Carlos Guerrero (batería) abrieron una puerta en su otro grupo, The Loud Residents (o Los Redrum), que se mueve con el inglés como idioma compositivo en el terreno del rock garagero y del punk-pop más enérgico, para desarrollar una carrera en paralelo con el mismo ímpetu pero diferente espíritu.
Sin dejar del todo atrás esos estilos mencionados, ya como La Trinidad el trío reformuló sus postulados éticos y estéticos absorbiendo elementos del punk británico de los 70 (Buzzcocks y The Undertones) y del pop nuevaolero español de principios de los 80. Aunque la influencia confesa de los malagueños son Airbag, de los que siempre se han considerado seguidores acérrimos, luego colegas y, de algún modo, discípulos. De hecho, los mismos Airbag pasaron las canciones de La Trinidad a la dirección del sello al que también pertenecen, Sonido Muchacho, que no dudó en reclutarlos. Antes del inicio del pasado verano, se hizo oficial su incorporación a la discográfica madrileña, en la que La Trinidad encajaban como anillo al dedo.
OBRA. El primer salto de La Trinidad se produjo con el EP “El Peligro” (2018), relleno de rock garagero vibrante y vitaminado que traspasó nuestras fronteras hasta llegar a los oídos de la escudería holandesa Spazz Records, que editó un single extraído de su interior. Dos referencias posteriormente convertidas en compañeras de sello, Tigres Leones y Terrier, servirían para acotar las coordenadas sonoras de La Trinidad. Eso sí, el trío no podía ocultar su alma punk, expresada con melodías frescas y ritmos vivaces que recubrían un discurso más rabioso que el que manejaba anteriormente, jovial y despreocupado.
De “El Peligro” a “Nuevas Dignidades” (Sonido Muchacho, 2019), el segundo EP de los malagueños que los puso definitivamente en el candelero alternativo nacional, solo había un paso. Y La Trinidad lo dieron limpiando por el camino su sonido, pero conservando su músculo fibroso. Su primera entrega para Sonido Muchacho -la segunda llegará en forma de debut en largo- es corta aunque intensa, gracias a un pequeño ramillete de piezas vigorosas con las que Sixto, Jorge y Carlos enseñan los colmillos mediante sus guitarrazos y unas letras afinadas y afiladas. En este caso, La Trinidad de la que hablamos de santísima no tiene nada… [FOTO: Sergio Albert] [Más información en el Facebook de La Trinidad]