Santi Araújo
Tras el lanzamiento del disco «Esto es Normal», su frontman se marchó a México… Y, ahora, a su vuelta, Santi Araújo lanza su carrera en solitario.
VIDA. Hace ocho años, La Familia publicó el único álbum de su trayectoria, “Esto es Normal” (Ernie, 2011). Aquel era un grupo que funcionaba como el espacio de encuentro de miembros de bandas representativas de la escena alternativa de Vigo, entre los que se hallaba Santi Araújo, su cantante y guitarrista. De hecho, el proyecto procedía de Santi Araújo y La Familia, conjunto al que se le eliminó la primera mitad del nombre para convertirse en una formación practicante de un pop clásico con reminiscencias anglosajonas. Sin embargo, tras la salida de “Esto es Normal”, se hizo el silencio dentro de La Familia. A partir de ahí, la vida (personal y artística) de Santi tomó una dirección muy distinta.
Para empezar, viajó hasta el otro lado del Atlántico para instalarse en México, donde pasó un largo período alejado de cualquier tipo de tarea musical. Pero el gusanillo creativo nunca muere y, después de un lustro sin componer canciones, Santi retomó el trabajo, cuyos frutos dieron como resultado las piezas que integrarían su primera obra en solitario, “Catedral” (Ernie, 2018). Este EP supuso un importante punto de inflexión en la carrera de Santi a varios niveles, ya que significó su regreso a la palestra artística, su retorno a Galicia (él es originario de Ponteareas -Pontevedra-) y su reentrada en Ernie, su hogar discográfico de siempre.
OBRA. Los cinco cortes de “Catedral” son un espejo de su vida (hay que tener en cuenta que recogen las experiencias de una complicada fase personal) y, a la vez, su vida es un reflejo de sus canciones. El EP, pese a su brevedad, capta con fidelidad los sentimientos que invadieron a Santi en busca de sí mismo. De ahí que su contenido destaque por una profundidad emocional que le permite extenderse a lo largo del tiempo, como si este no pudiese marchitar ni los sonidos ni las palabras que salen de su interior. A ello contribuye su tono confesional, relacionado con los efectos terapéuticos de “Catedral”: más que un EP, es una especie de instrumento para limpiar mente, corazón y alma.
Con el objetivo de lograr esta meta individual, Santi Araújo recurre a un sonido que le es totalmente familiar (nunca mejor dicho): un pop de autor alternativo que también transita por el folk-rock de raíz norteamericana, ese mismo que cultivan Wilco (y Jeff Tweedy), Iron & Wine, Father John Misty o el Bon Iver de “For Emma, Forever Ago” que se metió en una cabaña para exorcizar sus penurias físicas y sentimentales. Habría que preguntarle a Santi si llegó en algún momento de la elaboración de “Catedral” a ese punto de aislamiento, aunque sí se nota que, gracias al EP, superó una íntima travesía del desierto que desembocó en temas repletos de romanticismo, melancolía reflexiva e incertezas existenciales como “Vencejos”, “Planeta Tierra” y “Yo Soy”.
Simultáneamente, “Estallido” deja de lado la estética folk-rock y se abre hacia el post-brit pop; mientras que “Catedral” hace honor a su título y se erige en la ídem sonora de Santi. Sin embargo, no hay que quedarse sólo con el fondo y la forma del EP, sino también con su parte visual, muy importante por su simbolismo, que refuerza la sensibilidad y la espiritualidad de sus canciones. En esta “Catedral” se ven las sombras del dolor y la pesadumbre, pero por sus rosetones también entra una esperanzadora luz. [Jose A. Martínez] [Más información en el Facebook de Santi Araújo]