El domingo pasado, la disputa del ‘Clásico’ entre el Real Madrid y el Barcelona en el Santiago Bernabéu lo acaparó todo. Incluso algún despistado se preguntaba si el Adolfo Suárez del que tanto se hablaba era un jugador de alguno de los dos equipos… Pero los que sabían qué se iba a cocer en el estadio blanco habían dedicado toda la semana a prepararse adecuadamente para el duelo entre los dos eternos rivales, cuyo titular final podía ser el siguiente: “Éxtasis azulgrana”. Esta frase resume a la perfección lo vivido en un partido que, al contrario de lo sucedido en la primera vuelta del la Liga, fue espectacular, tanto por el marcador (3-4 para el club catalán) como por todo lo que ocurrió sobre el césped: acción, ataques, contraataques, polémica y goles, muchos goles. Tres de ellos anotados por Messi, estrella de la contienda.
El crack argentino pasó de ser el vomitón oficial del campeonato a volver a erigirse en la bestia negra del madridismo gracias a su hat-trick y a su repertorio de regates y pases que taparon las bocas de todos sus críticos. Debido a su actuación y a la de ambos equipos, hubo momentos épicos en los que el encuentro recordaba a aquel mítico 2-6 de la temporada 2008/2009 que inauguró el reinado del guardiolismo: comenzó marcando el Barcelona, se dejó remontar por culpa de una frágil defensa (Dani Alves estaba más perdido que una abuela en Pont Aeri), logró empatar, el Real Madrid consiguió el tercer tanto y, al final, los culés dieron la vuelta a la tortilla hasta lograr el 3-4 definitivo.
El Barcelona, fiel a su estilo, basó su juego en el control y la posesión; el Real Madrid, por su parte, lo fiaba todo a la velocidad de sus contragolpes y a la puntería de algunos de sus atacantes (hola, Gareth Bale, ¿dónde te has metido?). Hasta aquí, lo esperado. Pero el árbitro, de primer apellido Undiano (busquen la rima que más gracia les haga…), tomó el protagonismo de la contienda al señalar un penalti sobre Cristiano Ronaldo cometido fuera del área y dos a favor del Barcelona -con expulsión de Sergio Ramos incluida- y no ver un supuesto pisotón de Sergio Busquets sobre la cabeza de Pepe cuya captura se ha convertido en la imagen más sobada del año.
¿Hablaban de ello el propio Pepe y Messi en la conversación de más abajo? Según el diario Sport, no, ya que el diálogo transcurrió así:
Pepe –“Tú conmigo siempre te cagas”–
Messi -“¿Pero qué dices? ¡Si siempre te marco y sales en todas las fotos de los goles!”–
Fuese cual fuese el motivo del intercambio dialéctico mano sobre boca, el taco ya estaba armado. Y la excusa para dejar de hablar de fútbol, también. Una vez acabado el ‘Clásico’, todas las discusiones (en el bando merengue) se centraron en la labor arbitral, por enésima vez vinculada a oscuros contubernios antimadridistas. Twitter fue el primer foro en el que se volcó la furia blanca, representada en actuales y antiguos jugadores del club madrileño que se despacharon a gusto. En este caso, Guti (el divo nocturno sosias del cantante de The Drums) y Arbeloa.
La afición merengue ya empezaba acumular razones delirantes para explicar el resultado y el #roboalmadrid cuando, en la zona mixta del Santiago Bernabéu, Sergio Ramos y Cristiano Ronaldo rajaron de lo lindo contra el estamento arbitral. A falta de Mourinho, buenas fueron unas cuantas lágrimas de cocodrilo que conllevaron la pertinente denuncia del Comité Técnico de Árbitros. Ya se sabe: el que no llora, no mama ni gana. Desde este modesto púlpito nos atreveremos a aconsejar a ambos futbolistas que se ocupen de asuntos más trascendentales para sus vidas. Por ejemplo, el andaluz debería arreglar el desaguisado capilar que ha brotado en su cabeza.
Y el astro portugués tendría que estar más pendiente de las andanzas de su hermana Katia en el esperpento trópico-catódico “Supervivientes”, rodeada de peloponis y molleras que todas reunidas no suman ni media neurona de mejillón.
Hablando de programas televisivos, en los platós de tendencia merengue se magnificó la ola de indignación a través de las algaradas habituales, aunque expresadas a un volumen estruendoso, apropiado para la ocasión. No entraremos en detalles, porque corremos peligro de que nos pase lo mismo que a muchos (no daremos nombres…) de los allí presentes:
Volviendo al terreno de juego, los grandes damnificados de la derrota del Real Madrid fueron Diego López, el portero que utilizó su mirada infructuosamente para detener los balones lanzados por los blaugrana; y Carlo Ancelotti, el entrenador que hasta hace dos días era un genio pero que se colocó otra vez en el punto de mira con su ceja izquierda inquietamente encorvada. ¿Era este gesto un reflejo de su desconcierto?
Por su parte, en Can Barça, ‘Tata’ Martino recuperó el crédito (Messi mediante) sin recurrir a su polo pistacho de la suerte, mientras Iniesta agigantó su figura, Neymar movió el flequillo sólo en un par de acciones decisivas y Piqué se distrajo de vez en cuando pensando en el clip de su novia con Rihanna.
El resumen ideal de todo lo expuesto lo tienen en este vídeo, cortesía del programa Crackóvia.
Así las cosas, el gran beneficiado del resultado del ‘Clásico’ ha sido el Atlético de Madrid, nuevo líder de la Liga con 70 puntos, los mismos que el Real Madrid (pero este con el golaveraje particular perdido con respecto a los rojiblancos) y con uno más que el Barcelona. Vamos, que el campeonato vuelve a estar al rojo vivo a falta de nueve jornadas para la conclusión. Y el tan cacareado ‘fin de ciclo’ blaugrana tendrá que esperar…