Nuestra sección La Liga (para dummies) arranca en el año 2017 dejando al descubierto el resacón post-navideño de los principales jugadores de fútbol.
Ya se ha acabado la Navidad (por fin, dirán muchos con alivio…), ha empezado un nuevo año y se ha reanudado la Liga tras el correspondiente parón en el que los futbolistas han tenido que evitar excesos que desfiguraran sus tabletas de chocolate y los equipos han realizado las obligatorias felicitaciones repletas de buenos deseos… Aunque, más que un paréntesis de descanso y relax, esta vez la época navideña ha sido movidita para algunos de los protagonistas del campeonato. Se quiera o no, aunque el balón no ruede, siempre hay noticias ligueras que llevarse a la boca, tan dulces o indigestas (según quién las trague) como el turrón y los polvorones.
FELIZ Y BLANCA NAVIDAD. En el Real Madrid todo es alegría: el caso de evasión de impuestos de varios de sus jugadores se ha olvidado; la flor de Zidane sigue bien fresca tras ganar (por enésima vez) sobre la bocina con otro gol de Sergio Ramos al Deportivo de A Coruña en el último partido del 2016; el equipo continúa cómodamente instalado en el liderato de la clasificación gracias a su goleada (5-0) al Granada en el primero de 2017; y su camiseta luce el emblema de campeón del mundo de clubes conseguido en Japón unas semanas atrás.
Pero, ojo: ese título trae consigo una especie de maldición que hace que quien lo logra, entra en declive. La sufrió en cierto modo el Barcelona la temporada pasada y el propio Real Madrid la anterior, aquella que acabó en desastre después de la aparición estelar de Kevin Roldán en la fiesta de cumpleaños de Cristiano Ronaldo. ¿Habrá otro kevinroldanazo este año? Si no quiere que se repita, el portugués tiene dos opciones para festejar su aniversario:
1) Acompañado de sus amigos y ¿su nueva novia? (este tema merece un capítulo aparte…), como en la juerga de fin de año en su hotel-museo en Madeira.
2) Solito y bien agarrado a su figura de cera, que obliga a preguntarse cuál es el verdadero muñeco.
En ambos casos, seguro que presumiría de su recientemente obtenido Balón de Oro, el cuarto de su carrera y con el que ha tapado el affair de los 150 millones de euros supuestamente desviados a un paraíso fiscal, asunto que zanjó con una frase de profundo poso filosófico: “Quien no debe, no teme”.
RESACÓN EN BARCELONA. Al otro lado del puente aéreo, la Navidad transcurrió con los sobresaltos provocados por Neymar y sus reuniones caseras y playeras durante sus extendidas vacaciones navideñas en Brasil, que incluyeron una fiesta de disfraces… ¿o era un encuentro a lo “Eyes Wide Shut”?
Sobre el césped, el Barcelona tampoco encontró la calma y confirmó que no le sientan nada bien las resacas post-navideñas. Ya le pasó en años pretéritos, y esta jornada volvió a sufrirlo -previa derrota en el primer partido de su eliminatoria de Copa del Rey ante el Athletic de Bilbao– al empatar frente al Villarreal (1-1) con golazo de falta de, cómo no, Messi. Eso sí, también con polémica, debido a dos manos en el área castellonense no pitadas como penalti que cabrearon a Gerard Piqué hasta el punto de marcharse al vestuario finalizado el encuentro señalando directamente a alguien del palco: Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional y madridista declarado. Blanco y en botella.
https://www.youtube.com/watch?v=NOuX8BgeYag
Más allá de discusiones arbitrales, la realidad refleja que el Barcelona queda así tercero en la tabla por detrás del Sevilla y a cinco puntos del Real Madrid (este con un partido menos). Sí, el panorama de los blaugrana se presenta complicado…
CHINATLÉTICO DE MADRID. El Atlético de Madrid está para echar aún menos cohetes que el Barça. Volvió a ganar en Liga ante el Eibar (0-2), pero parece que se ha descolgado de la lucha por el título. Así que ahora mismo sus preocupaciones se centran en el futuro de su entrenador, el ‘Cholo’ Simeone, aunque él insiste en que seguirá en su banquillo; y en dos cuestiones extra-deportivas.
Por un lado, el próximo traslado del equipo del Vicente Calderón al Wanda Metropolitano, también llamado estadio de La Peineta, renombrado por su nuevo sponsor chino tal como mandan los cánones del fútbol moderno. Y, por otro, la renovación de su escudo, que dividió a la afición colchonera. Aquí pueden ver el antes y el después:
No entendemos el revuelo montado en torno a este rediseño, si lo peor hubiera sido incluir un oso panda y unas cañas de bambú en vez de un madroño…
CALORET VALENCIANO. El propietario del Valencia no es de China, sino de Singapur. Se llama Peter Lim, y está gestionando el club che como el capitán del Titanic. Con el equipo al borde del descenso a Segunda División (perdón, Liga 123), en vísperas de que terminase el 2016 su entrenador, Cesare Prandelli, se largó después de sacarse su italiana chorra y dejar en evidencia el compromiso de sus jugadores. Alguno de ellos le había dado motivos de sobra para decirlo, como Dani Parejo, que demostró que se desenvuelve con la misma soltura en la pista de la discoteca que en el centro del campo.
Las fallas ya han comenzado en la ciudad del Turia con dos meses de antelación y tiene toda la pinta de que van a explotar de un momento a otro.
FUE POR UNA LESIÓN Y SE COMIÓ UN BUEN MARRÓN. El jugador del Sevilla Samir Nasri aprovechó el período navideño para viajar a Los Angeles y tratarse de una lesión. Hasta aquí, todo normal. Pero, de repente, un asunto habitual en el mundo del fútbol se desmadró cuando la clínica a la que acudió el francés publicó en la red que una enfermera lo atendería en su habitación de hotel.
A bote pronto, la situación ya resultaba de por sí extraña. Sin embargo, luego iría a más en cuanto empezaron a aparecer en la cuenta de Twitter de Nasri unos mensajes calentorros que pasaban de la vigilancia médica al folleteo puro y duro con la cuidadora… Mientras su novia no se encontraba muy lejos de allí.
El futbolista enseguida negó la película, borró los tuits como alma que lleva el diablo (aunque no escapó de los pantallazos) y aseguró que había sido hackeado. La duda permanece: ¿le metieron a Nasri un gol por la escuadra o fue él quien lo metió bien metido?