Bueno, no, aunque el tema se mezcló inevitablemente con el choque que enfrentó al Barcelona con el Athletic de Bilbao, jugado dos días después de la celebración de la Diada catalana, en la que Piqué mostró su apoyo a la consulta sobre el futuro de su comunidad. La reacción mediática al respecto no se hizo esperar:
Luego, la muchedumbre -sobre todo la tuitera- recordó al defensa no sólo su presunto pasotismo esta temporada, sino también que tiene la opción de renunciar a la selección española y santas pascuas. ¿Iniciaría Shakira, por si las moscas, los trámites para nacionalizarlo colombiano?
Aún con este barullo retumbando, en Escocia decían no a su separación del Reino Unido. ¿Y si hubiera ocurrido lo contrario? Para empezar, según una petición que recorrió la red, Galicia debería unirse a la tierra de William Wallace y el derbi que disputaron Celta y Deportivo (con agónica victoria de los primeros por 2-1) se jugaría junto al Celtic de Glasgow, el Aberdeen, el Motherwell… Seguro que el club coruñés firmaría el traslado encantado, dada su actual trayectoria descendente: en el campeonato escocés no tendría problemas para permanecer en primera división.
Ahora regresemos al Real Madrid – Atlético de Madrid. Como hemos dejado bien claro, no fue un partido para echar cohetes de euforia, pero sí agitado, ya que en él se organizó otro plebiscito (improvisado) después de la derrota de los locales por 1-2.
Después de que el centrocampista turco del equipo rojiblanco, Arda Turan, marcara el segundo tanto, la grada blanca comenzó a repartir silbidos, sobre todo al siempre cuestionado Iker Casillas y al endiosado de su presidente, Florentino Pérez. Tal desconcertante situación puso en un brete al povero allenatore merengue, Carlo Ancelotti, atareado con recomponer una plantilla que la temporada pasada alcanzó el equilibrio en el momento justo pero que tito Floren dinamitó durante el verano. Curioso. Pero, ojo, el triunfo colchonero en casa de su eterno rival no impidió que, en la siguiente jornada, la afición atlética pitara a su técnico, Diego Simeone, por algunas desacertadas decisiones tomadas a lo largo del partido contra el Celta (2-2). En esta Liga, ni siquiera los ídolos son intocables…
Dejemos a un lado los referéndums, las protestas y los abucheos para centrarnos en un hecho llamativo: las categóricas goleadas de los dos gigantes del campeonato, el Real Madrid y el Barcelona, que reavivaron el debate en torno a la enorme desigualdad que caracteriza a la Liga española. ¿Cómo se explica si no la rotundidad con que los blancos vencieron al Deportivo (2-8) y al Elche (5-1) y los blaugranas al Levante (0-5) y al Granada (6-0)? Tan plácidas fueron esas victorias que dieron tiempo a que se hablase de varias chorradas. Con respecto al Real Madrid: dentro del terreno de juego, sobre el cálculo de la altura de un salto de Cristiano Ronaldo para anotar un gol de cabeza ante el Elche y la recuperación de su compañero Asier Illarramendi, conocido por sus andanzas extradeportivas.
Y, fuera del campo, los protagonistas fueron dos apasionados aficionados madridistas: una muchacha que tenía ganas de enseñar a la audiencia del Chiringuito de Neox los nombres de Tomás Roncero e Iker Casillas escritos en su región mamellesca; y, atención, Dioni de Camela, merengue de pro que presume del equipo de sus amores allá donde vaya.
En el bando barcelonista no emergió esa clase de ilustres seguidores, así que todas las mofas se dirigieron a Dani Alves y sus frecuentes canturreos en su perfil de Instagram y al todavía sancionado sin pisar el césped Luis Suárez, del que se comenta que tiene algún kilito de más… Juzguen ustedes mismos:
Parece que en Can Barça no hacen demasiado caso a estos comentarios, porque su entrenador, Luis Enrique, ha dado al equipo desde las alturas de su andamio una solidez inesperada. Exceptuando un pinchazo ante el Málaga en forma de empate (0-0), el club de la Ciudad Condal sólo conoce la victoria y es líder de la clasificación en solitario, con Messi y Neymar en plan Oliver y Benji y sin recibir ningún gol en contra. Una racha que está a punto de ser histórica y que sirvió para que la prensa culé disparara contra el portero del enemigo.
Al acecho del Barcelona se encuentran el Atleti, invicto y consolidado en la tercera plaza gracias a su goleada al Sevilla (4-0); el mismo conjunto hispalense, gallito inesperado en la presente temporada; el Valencia, líder por una jornada que está confirmando nuestros pronósticos y elevando al estrellato a sus jóvenes jugadores Alcácer y Gayá -apunten sus nombres por si no los conocen, para esto vale también esta columna…-; y el Celta, empatado a puntos con el Real Madrid, cuarto equipo de la Liga que no sabe el significado del verbo perder y revelación que está sorprendiendo a propios y extraños por su constancia.
¿Y qué tal le va a nuestro querido Eibar? Nada mal: en el octavo puesto y demostrando que no le queda grande la categoría. Al contrario: ha salido airoso de envites complicados antes rivales superiores como el Villarreal o el Athletic de Bilbao.
Lo ideal sería acabar este capítulo de La Liga (para dummies) con la alegría que transmite el club eibarrés, pero hay un asunto que está removiendo las cloacas del campeonato doméstico: el amaño de algunos partidos en temporadas recientes. Un turbio problema que no solucionaría ningún referéndum ni consulta y del que, probablemente, hablaremos las próximas semanas en este espacio. Algo huele a podrido en la Liga…