La muerte como fiesta multicolor… Esa es la base de la colección «Happy Ending» con la que Krizia Robustella ha fascinado en 080 Barcelona Fashion.
Esto es algo que suele pasar mucho en festivales musicales. Por poner un ejemplo cercano: muchos fueron los que exclamaron «con esto doy por finalizado el Sónar 2016 y ya me puedo ir a casa» después de la intensísima actuación de ANOHNI. Y sólo nos encontrábamos en la primera hora de la noche del viernes… Algo similar ha ocurrido al término de la presentación en el marco del 080 Barcelona Fashion de la nueva colección de Krizia Robustella para la próxima temporada de primavera / verano 2017. Una colección que la diseñadora ha bautizado como «Happy Ending» en un alarde de ironía fardonísima mucho más que justificada.
Después de mostrarnos el callejón trasero de la cultura más pimp de los años 90 en su anterior colección, ahora Krizia conserva aquella negritud pero explorada a través de otras tesituras emocionales mucho más coloridas. Al fin y al cabo, todo lo que era postura urbana en la anterior temporada pasa a ser aquí una celebración pura y dura del «happy ending» definitivo: la muerte. Muy a la manera de algunas culturas americanas que conciben la muerte como una fiesta, como un principio más que un final, la nueva colección de Robustella vuelve a poner sobre la mesa que lo mejor de esta diseñadora es su capacidad innata para repartir actitud con la mayor de las naturalidades, en las antípodas de esa pretenciosidad que se lleva por delante a tantos otros diseñadores.
El «Happy Ending» de Krizia se abría con una corona mortuoria de flores tropicales en la que ya aparecía un símbolos que más tarde se repetiría en la colección: dos metralletas cruzadas. Luego se añadirían más pistolas, alambres y puños americanos en contraposición a margaritas y a toneladas de humor e ironía. Un contraste que abrió fuego ya desde el propio inicio del desfile, con tres modelos desfilando por la pasarela a modo de plañideras post modernas. A partir de ahí, la totalidad de la colección se acercaba a la imagen mental que desde Europa nos gusta alimentar al respecto de esas pandillas en las que la muerte es honorable y siempre ha de celebrarse con la mayor de las fiestas.
En «Happy Ending» brillan motivos como el smiley con la sonrisa truncada en mueca de tristeza, las rejillas que revelan el cuerpo(o las partes del cuerpo que escapan al uso inteligente y elocuente de los parches) con una sensualidad entre mórbida y cachonda, los bordados de escudos gangstas con las letras KR en el centro, un fascinante mosaico de telas anaranjadas formando un impactante dibujo en volumen, abalorios de voodoo multicolores colgando de las prendas… Y, sobre todo, los siempre magistrales estampados del artista David Méndez Alonso dándole el toque final a una colección impecable en la que Krizia sigue demostrando, básicamente, por qué es la puta ama. Si Baz Luhrmann hiciera un remake de su «Romeo + Julieta» actualizado a este siglo, fijo que el vestuario sería esta colección al completo.
Más información en la web de Krizia Robustella.