La Cúpula acaba de publicar la visión de Robert Crumb sobre Franz Kafka. Dos nombres de indudable peso que coinciden en un libro que en español se ha titulado simplemente “Kafka”, aunque el título original, sin duda mucho más acertado, es “Kafka for Begginers”. Acompañadas del texto de David Zane Mairowitz, las ilustraciones de Robert Crumb exploran tanto la obra como la vida de este autor, lo cual (para empezar) es ya todo un acierto, porque si hay un escritor en que obra y vida estén indisolublemente ligadas es Franz Kafka. En una de las primeras ilustraciones podemos ver a un grupito de pseudo-intelectuales comentando que cierta situación es de lo más “kafkiana”, mientras en un rincón el bueno de Franz se lleva las manos a la cabeza ante el uso tan indiscriminado e inexacto de este adjetivo derivado de su propio nombre. Con el paso del tiempo, el término “kafkiano” se ha ido popularizando y simplificando para acabar denotando una situación angustiosa y/o absurda en la que la burocracia tiene un papel destacado. Afortunadamente, el libro de Crumb y Mairowitz sabe esquivar estos tópicos y no se queda en la superficie.
“Kafka” es una introducción al universo de este escritor, que no sigue tanto un orden cronológico sino más bien temático, y que nos ilustra tanto la clásica e inevitable «Metamorfosis» como sus novelas inacabadas (“El Proceso” y “El Castillo”, pero también la menos conocida “América”), aunque también se exploran textos personales del autor, como las cartas a Felice (su prometida) y las dirigidas a Milena (su amante), y relatos breves menos famosos aunque claves en la interpretación de su obra, como “El Artista del Hambre” y “La Condena”. Como introducción es realmente estimulante, pero para los alumnos avanzados en Kafka puede saber a poco, aunque siempre es interesante comprobar que los pasajes que Robert Crumb elige para ilustrar son los que más coinciden con sus obsesiones.
Los conocedores de la obra de Kafka se alegrarán al ver que los autores del libro han entendido que en la obra del escritor checo en lengua alemana hay mucho sentido del humor y han sabido reproducirlo, pero quizás no estarán de acuerdo con todas las interpretaciones que se proponen, como por ejemplo el énfasis que se pone en la condición de Franz Kafka como judío en una sociedad antisemita para explicar su sentimiento de culpa e inferioridad, cuando probablemente el problema no tenga una explicación tan sencilla. Aún así, como introducción es curiosa, documentada y completa; y también es recomendable para los completistas de Robert Crumb. Pero para los que ya se han adentrado un poco en la vida y la obra de Franz Kafka, sería mucho más recomendable la impecable (y canónica) biografía de Reiner Stach: “Kafka. Los años de las decisiones”.
[Núria Casademunt]