La Cúpula nos hace el regalo perfecto para el final del verano: «Aquel Verano», reformulación de la ficción adolescente de la mano de Jillian y Mariko Tamaki.
Agosto llega a su fin y, con él, también se extinguen nuestros conceptos mentales de «verano» y de «vacaciones». ¿Qué se le va a hacer? Es llegar el día 1 de septiembre y ya tenemos la cabeza totalmente puesta en la vuelta al cole, en ponernos las pilas con el trabajo… y en mirar el calendario para calcular cuándo son las próximas vacaciones. Es pasar de agosto y a septiembre y ya empezamos a hablar en pasado del verano del amor. Y ya se sabe que al hablar en pasado siempre viene la nostalgia y los recuerdos y el ponerse tontorrón. Todos aquellos que sepan de lo que estoy hablando necesitan leer «Aquel Verano«.
Porque, al fin y al cabo, el cómic de las primas Jillian y Mariko Tamaki (autoras de esa pequeña gran maravilla titulada «Skim«) se dedica a capturar ya desde su título una emoción nostálgica, una mirada hacia el pasado. Dicen por ahí que este cómic que ahora publica La Cúpula en nuestro país es una de las ficciones que en los últimos años han redefinido de forma más poderosa ese género al que todos nos gusta recurrir de vez en cuando para refrescarnos la memoria: la ficción adolescente. Y lo hace a través de la historia de Rose, una chica que ha veraneado durante toda su vida en el mismo lugar, Awago Beach, pero que de repente ve cómo todo cambia sin posibilidad de vuelta atrás.
Para empezar, sus padres no dejan de pelearse, tiñiendo de oscuridad lo que debería ser un estío repleto de luz. Y, además, Rose y su amiga de toda la vida, Windy, la hermana pequeña que nunca tuvo pero con la que se reencuentra cada verano, se ven involucradas en un gran drama que afecta a todo el pueblo. Ya sabes lo que viene a continuación: pérdida de la inocencia, intento de aferrarse a lo que queda de la infancia… Vamos, lo que necesita todo hijo de vecino cuando ve cómo se va acercando el mes de septiembre.