Sexto Piso vuelve a marcarse un pelotazo con la lujosa edición de «Los Viajes de Gulliver», ilustrada para la ocasión por Javier Sáex Castán.
Qué curioso resulta pensar que «Los Viajes de Gulliver» es uno de esos libros que te obligan a leer cuando eres pequeñito, sin tener en cuenta que con tan corta edad (y tan poco bagaje literario y vital) es prácticamente imposible que pases por encima del relato de aventuras y vislumbres el resto de capas de sentido, la ironía supurante, la crítica social, la sorna hacia el género de relatos de viajes. A ver, que nadie no nos malinterprete: los niños son los que mejor saben exprimir la dimensión fantástica de este relato, así que lo que tendríamos que hacer es obligar a todo el mundo a que, tras disfrutarlo de bien pequeños, le den una segunda lectura obligatoria siendo ya un adulto.
Para cualquiera de los dos casos mencionados, no se nos ocurre una edición mejor que la que acaba de publicar la editorial Sexto Piso dentro de su colección de clásicos ilustrados. Ya sabes: tapa dura, tomo grandote, papel de la máxima calidad… Lo que viene siendo «el puro placer de la lectura» elevado a su máxima potencia, sobre todo teniendo en cuenta que la pluma de Jonathan Swift es por sí sola un buen generador de placer literario de alta alcurnia.
¿Es necesario volver a hablar sobre una trama sobradamente conocida? Por si acaso: «Los Viajes de Gulliver» planta al personaje del título en parajes tan diversos como el país de los liliputienses (donde él será un gigante con poder entre sus manos), el territorio de los gigantes (donde experimentará justo lo contrario) e incluso en un lugar en el que unos caballos inteligentes han conseguido crear una sociedad puramente utópica. Para la ocasión, el gran Javier Sáez Castán ha ilustrado todos estos viajes con su característico trazo, ideal para estimular la imaginación de aquellos adultos que la tengan más anquilosada. ¿No te apetece volver a visitar Liliput y ver qué ha cambiado en todo este tiempo?