Por si no quedó suficientemente claro cuando le dedicamos uno de nuesros Huge! a su reciente «The Archandroid«, vamos a dejarlo por escrito: en la redacción de FPM estamos completamente rendidos a la esbelta figura de Janelle Monáe. La adoramos desde que lanzó aquellas suites que petaron en EEUU (de forma moderada) y que aquí pasaron sin pena ni gloria. Pero, poco a poco, a base de bailes de San Vito, modelazos andróginos y un tupé que ya quisiera para sí la pánfila de La Roux, la Monáe se ha ido ganando el corazoncito de cada vez más público (sí, dejad que nos pongamos snobs: ese mismo público que la escuchó por primera vez cuando a Pitchfork le dio por convertir su debut en largo en un «Best New Music«). Sea como sea, ya podemos celebrar que no sólo podemos adorarla en la distancia, sino que el 6 de octubre en la Sala Apolo podremos hacer el ataque de los clones, vestirnos como ella y disponernos a bailar «Tightrope» a sus pies. Alabada sea.