[dropcap]Z[/dropcap]OË KRAVITZ. Somos conscientes de que Lenny Kravitz es de los personajes más odiados del planeta: en algún momento de locura transitoria colectiva, sus trenzas (de mierda) se consideraran sexys y todo, pero a día de hoy lo único que levantan en quien las ve es el nivel de violencia y las ganas de repartir hostias. Lo dicho: puro odio. Pero, oye, la canalización de ese odio deja mucho pero que mucho espacio para el amor. Y, ¿por qué no canalizar el amor sobrante hacia la hija que este (por decir algo) hombre tuvo con Lisa Bonnet? Lo jodido es que, de entrada, Zoë Isabella Kravitz lo tiene todo para ser odiada: es actriz (ha salido en «Californication» y en «X-Men: Primera Generación«), cantante (ahora mismo en el proyecto LOLAWOLF), instagramer (su cuenta tiene casi doscientos mil followers) y modelo (demuestra estilo tanto en la pasarela como fuera de ella, aunque sean estilos muy distintos)… Pero, milagrosamente, Zoë convierte todo esto tan odioso en puro amor por dos vías: primero, siendo natural al cien por cien; y, segundo, molando lo más grande.