TUNA MELTS MY HEART. Nunca un bicho tan objetivamente feo ha resultado, a los ojos del mundo, tan sinceramente bonito. Porque a ver quien tiene alma de ver una foto de Tuna y que no se le escape un «¡¡ooooh!!» que dure varios minutos. Tuna es un perro de la raza «Chiweenie», que resulta de cruzar un chihuahua con un salchicha. Osea: amor al cuadrado. Pero Tuna nació con varias deformaciones que le dieron ese aspecto de bichejo tan encantador que le caracterizan: la mandíbula mirando a Cuenca, una ristra de dientes sin orden ni concierto, un cuellecico que parece un puente colgante, cuatro pelillos y una imagen constante de fragilidad que solo te provoca unas ganas terribles de ponerle una manta encima y abrazarlo. Ay, Tuna es amor, un «total eclipse of the heart» que es toda una estrella de Instagram en concreto y de Internet en general (ha salido en más medios que cualquier perro de celebrity que podáis imaginar, porque él lo vale).
A Tuna lo encontró su dueña, Courtney Dasher, en un mercadillo expuesto para que alguien lo comprara o adoptara. Su dueño no lo quiso y lo abandonó a los pies del puente de San Diego, donde lo encontró su rescatador; y cuenta Courtney que, en cuanto lo vio, enseguida se enamoró de el y se lo llevó a casa (no nos extraña, nosotros también lo hubiéramos hecho). Desde entonces, Courtney y Tuna son la pareja más adorable de Instagram (aunque el Instagram de Tuna sólo lo protagoniza el perrete). Su cuenta tiene ya más de 600.000 seguidores y cuenta con su propia web y su propio merchandising (totes, camisetas con su carilla…). Parte de lo que se recauda con su venta, además, va para el cuidador que lo rescató cuando lo abandonaron que se encarga de salvar las vidas de otros bichejos desgraciados. Si este perro y su historia no hacen que se te funda el corazón como si fuera papillita rosa, es que no eres persona. Así de claro.