Rihanna. Lo reconozco: a mi, Rihanna me parece una petarda y una hortera de bolera. Sí, me vuelvo loquer cuando suena «Only Girl in the World» en cualquier sitio, pero no creo que sean necesarios esos estilismos ni esa actitud de blingblinera de chichinabo. No cuela. Pero desde que sigo su Instagram me cae mejor, la verdad sea dicha. Allí la mujer se suelta el pelo (ese pelo que tiene que unas veces es de rata y otras de starlette del Hollywood de los años 50) y enseña mucha cacha y se hace fotos medio peda en los backstages y con gentuza de alto copete como Mr. Azzedine Alaïa. Otras se regodea enseñándonos en los morros su frenético life style y da un poco de rabia, pero bueno. Con todo, demuestra que si está donde está es, a parte de por estar muy buena, porque es cien por cien pura actitud. No en vano, es de las que más seguidores tiene en esta red social.