En el último desfile de Rick Owens, algunas modelos desfilaron atadas a otras modelos en figuras imposibles… Y nosotros decimos: I love to hate you!
Tampoco es que debiera pillarnos por sorpresa: Rick Owens no es lo que se dice un diseñador de esos a los que les guste que sus pasarelas pasen desapercibidas… De hecho, en los últimos años, el hombre en cuestión parece totalmente embarcado en una espiral ascendente de locurón máximo en el que cada nueva temporada se pregunta «¿cómo puedo superarme a la hora de hacer que la gente hable de mí?». Y es que, al fin y al cabo, las temporadas más recientes le han visto hacer casi de todo: enseñar pollas, usa a unas fraternidades de bailarinas como modelos, colgar boca abajo a unos músicos durante un desfile, hacer su particular fiesta de la espuma o, uno de mis favoritos ever, conseguir que Zebra Katz y su ya icónico «Ima Read» se hicieran instantáneamente famosos.
No es difícil visualizar a Owens en su bañera, copa de Chardonnay en mano, mirando al infinito y pensando: «Ya lo he hecho todo, tía… ¿Y ahora? ¿Qué hago? ¿Me mato?«. Lo que es más difícil de visualizar es el camino desde esa bañera hasta el desfile de presentación de su colección para la próxima primavera / verano 2016 que se presentó hace unos días en París, donde un total de ocho modelos salieron a desfilar con unos complejos arneses que unían sus cuerpos a otras ocho modelos, todas en parejas de dos. Las figuras imposibles fueron, cuando menos, chocantes: una modelo con el culo de otra en la cara, una señorita con las piernas de otra colgando desde sus hombros…
Es de suponer que Owens no pretende que salgamos así a la calle. Pero, oye, al fin y al cabo, futuros más distópicos se han hecho realidad, ¿verdad?
Un cuadro. O no. Todo depende de cómo quieras tomártelo. Y aunque lo cierto es que poca justificación se le ve a la treta de Rick Owens más allá de llamar la atención, hay que reconocer que la jugarreta ha conseguido que todo el mundo esté hablando de la colección y que, aunque sea por curiosidad, le eche un vistazo a la totalidad de las prendas. No, es de suponer que Owens no pretende que salgamos así a la calle. Pero, oye, al fin y al cabo, futuros más distópicos se han hecho realidad, ¿verdad?