No sabemos quién fue la ilustre persona a la que se le ocurrió que Keira Knigthley tiene cara de antigua y por eso puede representar todos los papeles de señoras neocentistas habidos y por haber. No lo sabemos, repetimos, pero hubiéramos deseado que, en ese momento, el interfecto o interfecta se pillara los huevos o los pezones (dependiendo de su género) con la puerta del congelador. Tal cual. Porque, desde entonces, hemos tenido que sufrir a Keira hasta la saciedad: haciendo de damisela en apuros primero y pirata después, poniendo mohínes intentando intrepretar a la resuelta Elizabeth Bennet en la versión más descafeinada de «Orgullo y Prejuicio«, haciendo de hermana gemela de Gollum en «Un método peligroso» y, más recientemente, encarnando a la Anna Karenina más sosa ever. We no entender esta manía con Keira Knightley, la verdad.
Otro que se ha apuntado al carro de los morritos de Keira es Karl Lagerfeld, que la ha abrazado como su antepenúltima musa (de una lista de chococientas) y le ha puesto el traje de Coco Chanel para que interprete a la diseñadora en un corto que celebra el centenario de la apertura de la primera tienda de la Maison. «Once Upon a Time«, que así se llama esta preciosa pieza audiovisual, acompañó al desfile de la presentación de la colección crucero de Chanel. En riguroso blanco y negro (los colores favoritos de nuestro Karl, por si alguien lo dudara o lo dudase), el corto captura el momento en el que Gabrielle Chanel abre su tienda de sombreros en Deaville y allí tiene un encuentro con una elegante dama que ayuda a la joven diseñadora a ir conformando las bases de ese estilo atemporal por el que fue conocida.
El corto es una auténtica perla negra (nada que ver con el barco pirata contra el que luchaba Keira en el Caribe), dotado de una imagen totalmente cautivadora y por el que se pasean las obsesiones y grandes logros de la diseñadora y que quiere ser una suerte de preludio al momento en el que comenzó la leyenda. Lagerfeld at his best... Y Knightley, como siempre.