Querido Karl, como ya sabes, en esta web te profesamos adoración. A tí y a tu gato Choupette. Da igual las tonterías que salgan por esa boca alemana; nosotros nos hacemos eco de todas (o, por lo menos, de todas las que nos enteramos) porque tus gilipolleces son la sal de nuestra vida. Tal que así. Y luego está, claro, que eres todo un artista. Pero a veces nos da la sensación de que pones a prueba nuestra fe ciega en ti, que te gusta llevarnos al límite. Como, por ejemplo, en la presentación de la colección de Chanel para la primavera del año que viene, que tuvo lugar en la pasada edición de la semana de la moda de Paris. Hubo bañadores elegantes, triquinis con la «C» de Chanel muy bien adherida al cuerpo (lo único con el mítico logo de esta colección) y bisutería extrema. Hasta aquí, todo bien. Hasta que entró en escena el nuevo invento del Kaiser: el bolso Hula-Hop. ¿¿El what?? Sí, el bolso Hula-Hop. Un gigantesco bolso acolchado con la textura clásica de los bolsos de Chanel construido sobre dos aros de hula-hop negros. Lo mejor de todo es que, según el propio diseñador, es un bolso de playa porque, vamos a ver, a la playa te llevas la toalla, ¿no? (no, algunos tiran de pareo, pero vale) y la toalla ocupa mucho espacio, pues este bolso permitirá descartar la cosa hippy esa del pareo que regala la revista Elle cada verano y volver a lo clásico.
En este vídeo es el propio Karl el que explica la necesidad contingente de que exista este bolso en el mundo. Y casi nos convence (que Karl, es muy convincente) pero mira, no. Os lo dejamos aquí abajo en todo su esplendor (que es mucho) para que juzguéis vosotros mismos.