Habría que investigar qué comen y beben los miembros del sello Sonido Muchacho, porque últimamente están demostrando un crecimiento exponencial en cuyo avance las esperanzas iniciales se transforman en explosivas confirmaciones. El ejemplo más claro de ello se produjo el año pasado con el lanzamiento del segundo álbum de Tigres Leones, “La Catastrofía” (Sonido Muchacho, 2015), en el que cuajaban todas las virtudes que el grupo había esbozado en sus pasos previos.
Una línea ascendente que han calcado, casi punto por punto, sus compañeros Terrier, como si se hubiese activado un proceso de retroalimentación y motivación mutua entre ambas bandas. Esta no es más que una teoría, pero el destino final -sus nuevos discos- de los caminos paralelos trazados por cada una de ellas obliga a pensar que se encontraban en el ambiente ideal para consumar su progresión. En el caso que nos ocupa, Terrier también han seguido la estrategia de aclarar su sonido sin eliminar sus signos característicos hasta encajarlo en el concepto de pop cegador definido por sus ganchos melódicos y sus estribillos poderosos.
Esta es la base esencial sobre la que se sustenta “La Plaga” (Sonido Muchacho, 2016), su segundo trabajo tras el más garagero y lo-fi “Un Cadáver en el Mar” (Sonido Muchacho, 2014). El salto cualitativo entre uno y otro lo estableció “Évoli”, tema de adelanto que ponía sobre la mesa las dos cartas ganadoras que Terrier sacarían en este disco: efervescencia pop y electricidad centelleante de efectos adhesivos. Conocidas estas bondades de la canción estrella de “La Plaga”, ha sido todo un acierto colocarla como primer corte para situar al oyente y prepararlo adecuadamente para transitar a través del resto de un repertorio que, en vez de limitarse a repetir su plantilla y girar en bucle en torno a ella, se expande hacia las múltiples posibilidades que ofrece el indie pop. De este modo, “La Plaga” emerge como un auténtico catálogo de las diversas formas que puede adquirir tal etiqueta.
Terrier han seguido la estrategia de aclarar su sonido sin eliminar sus signos característicos hasta encajarlo en el concepto de pop cegador definido por sus ganchos melódicos y sus estribillos poderosos.
En ese terreno, Terrier demuestran -como signo del desarrollo de su estilo y sonido- un hábil manejo de la materia maleable que es el pop, que en “La Plaga” empieza por adoptar una dinámica nuevaolera en “Estudio de Arquitectura” con unos teclados protagónicos y un espíritu vagamente épico que actúa como contrapunto a la luminosa ebullición de “Évoli”. A partir de esta pieza se establece el tono que sobrevuela parte del tracklist: “Tus Ojos son Puñales”, que además perfila la renovada identidad de Terrier, a medio camino entre el pop de regaliz (derivado de nombres como Los Romeos, Los Fresones Rebeldes, Cola Jet Set o Juniper Moon) y los cortes limpios de Los Punsetes, combinación que el grupo ejecuta empastando perfectamente las voces de María, Lili y Dave e incluyendo unas letras siniestramente dulces (y viceversa) que contrastan con su agitado envoltorio; “Annie Edson Taylor”, uno de los hallazgos del LP que rinde tributo a la heroína del barril que le da título (busquen la historia de su peculiar aventura…); y la implacable y obsesiva “Dos Cabezas”. Luego, también asoma con fuerza la influencia del C86 primigenio, reinterpretado con guitarra punteada y voces armonizadas en “Y si no Vuelves Nunca más”, arrimado al cálido pop playero-surfero en “Cállate” y fortalecido por el ímpetu del power-pop en “Gafas Estrábicas”.
Pero el cuarteto madrileño también sabe echar el freno con clase para culminar la variedad formal de “La Plaga” mediante un par de interesantes muestras: “Los Golpes” (como si unos The Cramps narcotizados musicaran un capítulo de “Tales From The Crypt”) y la final “En el Medio de los Tres”, broche crepuscular del álbum y enésima prueba de la evolución de Terrier, que pegan un brinco hacia adelante con el que, si viviéramos en un universo ideal, estarían listos para propagar su beneficiosa epidemia pop por todos los rincones. Así pues, dejen que Terrier les contagien “La Plaga” y disfrútenlo enfermizamente. [Más información en la web de Terrier]