Lección de geografía musical… ¿Qué aprendimos con las dos primeras Crónicas Garrulas? La primera parte, dedicada a Kelis, nos enseñó que las divas del futuro próximo sudarán de la ñoñería y los based-on-semen-tupés y optarán por el garrulismo a lo Scorpia. Mientras que la segunda, protagonizada por The Chemical Brothers, ilustraba esa tendencia del mundo indie de ponerse durillo y machaca y dancero aunque sea volviendo a los orígenes de aquella época dorada en la que la electrónica se desperdigaba por entre la masa sin necesidad de que sintiéramos vergüenza ajena. Entonces, ¿es necesaria una tercera parte? ¿No nos estamos pasando ya con una tendencia que no requiere más neuronas de las que puede tener un clubber a las 6 de la mañana para decidir si se va de after o se retira a casa? No, señores y señoras. Porque ya dicen por ahí que cuando el río suena es que speed lleva… y cuando el mismísimo Neil Hannon decide poner su voz en un disco de chunda chunda, será por algo. Y digo yo que no será por el speed. Que Hannon no parece de esos. Así que, ¿qué lección toca hoy? Ni más ni menos que el hecho de que la Nación Indie tiene ganas de fiesta guarra y garrula. Una lección, al fin y al cabo, que puede encapsularse en uno de los temas más arrolladores de este «No Requests» (Wall of Sound / PIAS Spain, 2010) de Ocelot. Un tema que dice así…
WE ARE GONNA GET DRUNK. Esto es sólo un primer estado. Digamos que en la categoría ‘de borrachera’ constan las canciones de «No Requests» que son bailables… pero menos. Tralla para la generación que, con 18 años, se pega sus farras aunque la paga sólo les llegue para gin tonics y no para otras mezclas más químicas. A esta categoría pertenecen temazos como «Forbidden Touch» (con ese piano tan housero ibicenco al que sólo le falta un videoclip con una guarra en la ducha de una piscina para que lo puedan emitir por Tele Taxi TV), «Hot Stuff» (con unas guitarras eléctricas colosales recordándonos que Ratatat se pueden corremper en cualquier momento y caer en un lado salvaje de la vida comercial que, de hecho, mola un huevo) o «All Around Us» (conjugando las dos tendencias mencionadas anteriormente: las guitarras ochenteras y el house ibicenco… guala). Temazos para esos niñatos que nos tocan las pelotas porque creen que creen que salir de fiesta consiste en que te pongan cuatro canciones seguidas de la petarda de Ke$ha… Temas que, al fin y al cabo, a los que tenemos los huevos escocidos de tanto pasearlos por los clubs nos parecerán un (correcto) aperitivo de lo que está por venir.
WE ARE GONNA GET DOWN. Porque no todo podía ser de color de rosa. Todo subidón tiene su bajón, pero en el caso de Ocelot no es un bajón de calidad, sino más bien de esos chungos que te dan en medio de la noche cuando al dj le da por poner remezclas de remezclas de remezclas de temas que triunfaron en Ucrania en el 76. Es el caso de «Never Trust a Singer» (nu-generation baladón con la voz de Hannon) o «Your Eyes» (con unos sintes violetas como los del dubstep pero puestos al servicio de la nueva apuesta de guarrilla del mes en Flaix FM). Son temas que molan, sí… Pero nosotros hemos venido aquí a otra cosa. Sí. Nosotros hemos venido a engorilarnos y que nos quede la boca más desencajada que la de un muppet en la despedida de soltero de la Rana Gustavo.
WE ARE GONNA TAKE DRUGS. Y aquí llega lo bueno… Ocelot saben bordar temas de esos que van subiendo y subiendo y creciendo y creciendo hasta que llegan a un punto que obligan al personal a decir eso de «pásame otra rula». «Fist of Harmony» empieza como un tema de electrónica francesa híper cool a lo Louis La Roche y acaba petando con unos sintes zumbones que no se avergüenzan a la hora de enroscarse alrededor de una guitarra electrónica desprejuiciadamente ochentera. «America | A Miracle» es la canción diana sobre la que lloverá el adjetivo «garrulo»… y eso que es un arrollador temazo de guitarreo cerdaco que ya quisieran para sí The Bloody Betroots. «Already Told You«, por su parte, remite a uno de esos loops noventeros y misteriosos que tanto pueden remitir a Faithless como al mejor Mr. Oizo… Y estos temas, para sorpresa del personal, sólo se corresponde al momento en el que tomas las drogas. Pero, niños y niñas, ¿qué pasa justo después de que te tomes tus drogas?
WE ARE GONNA GET FUCKED. Lo que ocurre es que te entra un subidón y un volverselocadelcoño que ni Robyn comiéndose micrófonos. Y aquí entendemos «get fucked» en un sentido positivo. Muy positivo… Eso sí, sólo son tres las canciones que alcanzan este Olimpo de Agustera. «Beating Hearts«, que fue el primer single de adelanto de «No Requests«, destila un perfecto sentido del crescendo fiestero que hace pensar que Justice deberían pensárselo dos veces antes de volver a la carga. «Our Time«, más allá de este alucinante aforismo que da estructura a la reseña, lleva al límite el autotune y el zoom melódico capaz de provocar taquicardias igual que el zoom de Valerio Lazarov provocaba taquicardias de tanto abrirse y cerrarse sobre las tetas de las bailarinas de relleno. Y, sobre todo, el «get fucked» queda encarnado en «The Medicine«: un tema tan «palabras mayores» que hace reflexionar sobre la posibilidad de que los que deberían pensárselo dos veces antes de volver a la carga son Daft Punk. Como te lo cuento.
THIS IS OUR TIME. Y es que «No Requests» debería ser el disco que nos devuelva la ilusión de vivir a aquellos que nos preguntábamos desde hace tiempo por qué cojones para bailar tenemos que soportar la voz de La Roux y la indulgencia buenrollista de cualquiera que pretende acercarse al mainstream por la vía de la electrónica de baile. Ya lo dice la canción: «We are gonna get drunk. We are gonna get down. We are gonna take drugs… And we are gonna get fucked«. Himno instantáneo que sintetiza la emoción de toparse ante un disco desprejuiciado que se deja de tonterías y proporciona al personal una ronda de drogas musicales de diseño. Algunos dicen que han venido aquí a hablar de su libro. Ocelot saben que han venido aquí para enseñarnos que basta ya de tanta tontería indie: cuando en Matrix te pregunten qué pastilla eliges tomar, la roja o la azul, lo que tienes que decir es que te las tomas las dos. Que juntas suben más.