[taq_review]
En su álbum de debut, “Quemadero” (Gramaciones Grabofónicas / Sonido Muchacho, 2013), Juventud Juché arrimaban una cerilla a un inflamable bidón rebosante de rabia para que el oyente la encendiese e hiciera saltar por los aires toda su indignación. Bastaba con esperar unos segundos después de prender la mecha para que “Quemadero” alcanzase el punto de ebullición necesario y se convirtiese en un apropiado medio de canalización de esputos y exabruptos contra el lado oscuro de nuestro sacrosanto país y contra todos los culpables de las cuitas y desgracias que nos hacen bajar la cabeza pero subir el puño izquierdo.
Bien, en realidad, esto es lo que se imaginaba un servidor empujado por la escucha de “Quemadero”, con suficiente material explosivo en su interior para que cada receptor lo aplicase de formas diferentes según su conveniencia. De alguna manera, Juventud Juché presentaban un disco que, por su fiero mensaje, se puede entroncar con el posterior y más políticamente explícito “2015” de El Pardo, conformando una incendiaria dupla perfecta para calcinar las decadentes estampas que capturan nuestra negra actualidad.
Por desgracia, en tal sombrío (cada vez más) panorama seguimos metidos, con el agua hasta el cuello y a punto de ahogarnos. Por eso Javi Molina (voz, guitarra y letras), Luis Fernández (bajo) y Arturo Hernández (batería) han decidido -o, mejor dicho, han tenido que- subir su apuesta en su segundo trabajo, “Movimientos” (Sonido Muchacho, 2016). Pero no en el sentido simple y directo del ‘más rápido, más alto y más fuerte’, subiendo el volumen, aumentando la aceleración del ritmo y llevando al límite su discurso y su sonido hasta el paroxismo. No. Esta vez, Juventud Juché reciclan -con la producción de Ian Crause (Disco Inferno) y la masterización de Bob Weston (Shellac)- su incandescente receta punk en una fórmula post-punk de pulso agitado, bajos afilados, riffs eléctricos cortantes y percusiones tan firmes y marciales que parecen anunciar el inminente ataque de una división acorazada.
“Movimientos” nos remueve las entrañas y pone en alerta a nuestras neuronas a base de controladas detonaciones sónicas para afrontar la realidad sin perecer en el intento.
Este giro dentro del cáustico libro de estilo del trío madrileño ya se vislumbró en el single previo “Miedo / En tu Casa” (Sonido Muchacho, 2015), en el que, por un lado, se conservaba la llama del punk acerado que escupía “Quemadero” y, por otro, se adelantaba el nervio post-punk que atraviesa “Movimientos”. Ambos temas, remozados para la ocasión, funcionan aquí como pivotes éticos –«Miedo»– y estéticos –«En tu Casa»– sobre los que se apoya un disco que, en cuanto se abre su puerta de entrada mediante la pétrea “Pasos”, discurre sin respiro bajo una atmósfera opresiva y a lo largo de un pasillo de espejos que reflejan dolores y tormentos interiores (cuidado cuando crucen la “Niebla”…).
Las cuerdas vocales de Javi, en permanente tensión, expresan con crudeza esas angustiosas sensaciones (“Parecer”) como respuesta a una obligatoria necesidad de liberarse y de destapar verdades incómodas: ¿no es acaso “Un Año”, que va desde una perspectiva individual a una visión general, una crítica al inmovilismo social en España a pesar de todos los pesares? Quizá sea, otra vez, sólo un pensamiento personal del abajo firmante, pero las estrofas de “Movimientos” -al igual que sucedía con las de “Quemadero”– son adaptables a cada opinión particular sobre las circunstancias del mundo que nos rodea.
Así, el nuevo disco de Juventud Juché absorbe como una esponja los profundos sentimientos de frustración de toda una generación -o de dos, o de tres- que cristalizan en “Carne”, fulminante corolario del álbum cuyo potente subtexto sugiere, con una mezcla de ira y resignación, la ausencia de futuro ante el aplastante avance, cual apisonadora, de la vida contemporánea. Si “Quemadero” cubrió de fuego nuestros cuerpos a lo bonzo y nos sacudió para que abriéramos los oídos y los ojos, “Movimientos” nos remueve las entrañas y pone en alerta a nuestras neuronas a base de controladas detonaciones sónicas para afrontar la realidad sin perecer en el intento. [Más información en el Facebook de Juventud Juché]