Cuando se trata de sopesar cualquier nuevo trabajo de Annie, hay que reconocer que es demasiado fácil dejarse llevar por el cariñín… Esta señorita lo ha pasado realmente mal en su vida, la verdad: su primer temazo de éxito, «The Greatest Hit«, venía producido por Tore Andreas Kroknes, productor conocido como Erot con el que acabó teniendo una relación romántica. Cuando ambos estaban trabajando en el debut de Annie, sin embargo, él murió prematuramente, dejando el proyecto sin acabar y el corazón de su chica totalmente destrozado. Ella, pasado el tiempo necesario, supo reponerse y entregar uno de los discos de pop electrónico más pluscuamperfectos que se recuerdan en la primera década del siglo XXI: «Anniemal» (679, 2004).
A continuación, llegaría el baile de discográficas intentando fichar a la niña de oro de cara al lanzamiento de su segundo disco… Universal, sin embargo, la cagó a base de bien cuando lanzó «Don’t Stop» (Smalltown Supersound, 2009) casi un año después de que se hicieran públicos los primeros singles y de que se hubiera filtrado en Internet: la gente ya lo tenía escuchado, los calendarios de promo fueron absurdos y, al fin y al cabo, pudo parecer que el lanzamiento pasó algo desapercibido cuando, por el contrario, algunos de los hits allá comprendidos («I Know Your Girlfriend Hates Me«, «Song Reminds Me Of You«, «I Don’t Like Your Band«) se han convertido en clásicos que siguen sonando en más de una y de dos (y de trescientas) sesiones.
Lo dicho: la mala suerte acompaña a Annie. Sin embargo, esta vez, parece que se lo ha montado a lo grande y las cosas podrían salirle más que bien… Su «A&R EP» (Pleasure Masters, 2013) ha sido lanzado con unos timings perfectos (el primer single lo escuchamos tan sólo hace un par de meses) y, sobre todo, no viene ensombrecido por ninguna desgracia que desestabilice a la adorable Hannah Robinson. Por el contrario, ya desde el título se celebra la dulce reunión de Annie con uno de los productores que mayor partido le han sabido sacar a la diva noruega: Richard X. Adiós a Xenomania (¿dónde estáis, caris?), adiós a Paul Epworth (que es de suponer que sigue encadenado a la cama de Adele para que le facture otro hit como «Rolling In The Deep«): el protagonista absoluto detrás de las máquinas en «A&R EP» es ese Richard Phillips que dejó para la historia un disco que tan bien capturó el hedonismo cerder de cambio de siglo como «Richard X Presents His X-Factor, Vol. 1» (Astralwerks, 2003).
Juntos facturan cinco temas que no llegan a los veinte minutos pero que, sin embargo, enganchan lo suficiente como para que le des al repeat continuamente y la experiencia de «A&R EP» se alargue en el tiempo a base de una señal de radio repetida en aliteración constante. «Back Together» se ocupa de abrir el EP a cuatro manos con Victoria Hesketh (de Little Boots), con quien Annie ha coescrito el tema que está destinado a ser el single absoluto: Dios las cría y ellas se juntan. Sea como sea, «Back Together» es puro electropop noventero que suena a unos Saint Etienne que supieran no pasarse de rosca cuando miran hacia la pista de baile. A continuación, «Hold On» te mira a los ojos y eres capaz de verle ese brillo en la mirada a lo Julio Iglesias que dice «Sí, soy la pseudo-balada del EP. Pero, una vez me hayas escuchado, no te me vas a poder quitar de la cabeza en un buen tiempo«. Pues eso.
Y, a continuación, la dupla winner del lote… «Ralph Macchio» es uno de esos temas que sólo Annie es capaz de firmar: sí, la canción está dedicada al mismo Ralph Macchio que fue el protagonista de «Karate Kid«; y sí, la noruega que ya no es tan jovencita es capaz de soltar fraseados como «Kiss me once and keep me forever» y quedarse tan ancha sin parecer una deficiente mental a lo Raquel Meroño con 35 años intentando hacerse pasar por una chica de instituto en «Al Salir De Clase«… Por el contrario, «Ralph Macchio» vuelve a tirar de la carta del electropop noventero para poner sobre la mesa una de las melodías más viciosas del verano y un estribillo con serias posibilidades de convertirse en el himno definitivo de los treintañeros que quieran canturrear pop con referencias culturales sin que las generaciones que vienen detrás entiendan una mierda. En comparación a «Ralph Macchio» (e incluso al resto del EP), es difícil determinar de dónde cojones sale «Invisible«: temazo duro y oscuro que roza el rollo rave 90s de la misma forma que lo han rozado últimamente Pet Shop Boys y Disclosure. Y, sobre todo, canción que presenta en sociedad la nueva personalidad múltiple de Annie: Mannie, un tipo ravero que ha nacido para cantar en after-hours muy desfasados con superhábit de máquinas de humo. Imposible no quedar atrapado en algo tan sublime.
«A&R EP» se cierra con «Mixed Emotions«, un tema que si estuviera situado antes de la magna «Ralph Macchio» o de la impactante «Invisible» tendría alguna posibilidad remota de calar hondo (su house a medio fuego lo tiene todo para seducir). Por desgracia, tras los mencionados temas sólo hay espacio para el estado de shock… Un estado de shock que dura hasta el silencio final. Y, ya se sabe, cuando te quedas en silencio con el fantasma de Mannie flotando a tu alrededor, sólo hay una opción: darle al play y volver a empezar de nuevo.