Hace poco hablaba con un promotor de conciertos (no voy a dar nombres aquí, que queda feo): le explicaba que realmente estoy bastante enganchado al disco de Hot Natured y que lo cierto es que sería bastante interesante disfrutar de lo que ya disfrutamos en el Sónar 2013 pero en una sala más pequeña, para aumentar así la pegada de aquel espectáculo repleto de glitter, mariconería, música disco, lentejuelas, house de los 90 y travestis de diverso pelaje. Su respuesta fue que en disco puede molar, pero que a la hora de la verdad Hot Natured lo están petando en UK entre los denominados Muscle Men. Otro inciso: Muscle Men son los tipos que, según Kieran Hebden (Four Tet), abundan perturbadoramente en sus sesiones. Él puede esforzarse lo que quiera con su musicón elegante y selecto, pero haga lo que haga en determinadas discotecas siempre acaba teniendo la cabina rodeada de esos mazacotes musculosos y heterosexuales que no pueden mover el cuerpo atrofiado y atiborrado de esteroides y que sólo pueden bailar moviendo ligeramente los hombros y los brazos formando un angulo recto perfecto que se mece adelante y atrás. Vale, la anécdota tiene gracia.
Pero me jode, porque por mucho que en UK parezca que Hot Natured son carne de toda una legión de Muscle Men, su debut «Different Sides of the Sun» (Warner, 2013) destaca por ser el heredero natural del disco-house homosexualo de predecesores dignísimos como Hercules & Love Affair o Azari & III. Al súper grupo formado por Jamie Jones, Ali Love, Lee Foss y Luca C. se les ven las intenciones desde lejos… En lo musical, lo suyo es un revival nostálgico puro y duro del house que parte del Chicago de los 80s, pasa por el mismo estilo ya bastardizado por la escena de club británica de finales de los 90 (para que nos entendamos: Ministry of Sound y periferia) y acaba desembocando en la sofisticación con la que bandas como Moloko consiguieron acercar el género a un pop de raíces profundamente cool. También hay toques del balearic house más noctívago (nada de su versión soleada) y, sobre todo, muchas caras del disco de maneras más afeminadas: garage neoyorkino, italo, ballroom vogue y otros acentos que no consiguen ocultar que, al fin y al cabo, estamos hablando un mismo idioma.
El resultado es una colección de temas que peca, evidentemente, de mastodóntica: quince canciones, una hora y veinte minutos de duración… Como es normal, no todo va a ser oro brillantísimo en «Different Sides of the Sun«. Pero, ojo, porque estamos hablando de una música que otorga el mismo valor al oro de muchos kilates y a la bisuta a lo Carmen Lomana. Como no podía ser de otra forma, el oro del tracklist canta de forma tan escandalosa como una joya de Andrés Gallardo cantaría en un Bijou Brigitte: «Benediction«, el tema insignia de la banda, suena a verano del 99 en algún after de la Vila Olímpica mientras sale el sol y todo el mundo se pone las gafas de sol; los toques orientales (egipcios a lo «Aladdín«, para que me entendáis) de «Isis» y su minimalismo rítmico hacen pensar en una sesión pensada para marcar el ritmo en un burdel de orgías e intercambios de pareja; la fardonísima «Forward Motion» recuerda a unos Disclosure a los que se les ha aplicado la ley de la austeridad; «Planet Us» no desentonaría en el último disco de Daft Punk siempre y cuando se le metieran toneladas de vocoder robótico; «Detroit«, posiblemente el tema más estilizado del lote, hace pensar en un house ochentoso que todavía no ha sido enculado por la escena de club de los 90; «Alternate State» parece pensada para torturar a todos aquellos que seguimos esperando que su voz invitada, la de Róisín Murphy, lance algún día un disco por sorpresa y nos sorprenda como un polvo inesperado con un ex que tenía un buen aparato (y sabía como moverlo)…
Ante semejante ristra de hits, ¿por qué acusar al disco de Hot Natured de excesivamente largo (más allá del empirismo cabroncete, se entiende)? ¿Por qué decir que el nivel de las letras es de parvulario cuando fuimos nosotros los que encumbramos productos de amplio calado poético como «One More Time» de los ya mencionados Daft Punk? ¿Por qué olvidar que la mayor parte de sesiones de este estilo funcionan así: alternando temazos despiporrados con otros que, aunque no sean absolutamente brillantes, te mantienen totalmente motivado? Es el caso de esa «Physical Control» que puede recordar a Midnight Juggernauts, la muy radiable «Reverse Skydiving (feat. Anabel Englund)«, la muy groovie «People Change (feat. S.Y.F)«… También es el caso de los destellos a lo Hot Chip o de los ecos de los Pet Shop Boys más discotequeros. Y es que en «Different Sides of the Sun» todavía hay más: si en lo musical no se puede pasar por alto lo acertado de la selección que Hot Natured meten en la batidora, tampoco ha de obviarse que, al fin y al cabo, parece que esto va más allá de la música e incurre directamente en el terreno de la estética. Aquí cada uno que se imagine lo que quiera, pero yo escucho «Different Sides of the Sun» e inmediatamente me vienen a la cabeza aquellas noches de club noventero en el que de pronto salía una negra gordísima a cantar sobre temas house mientras unos trapecistas sobrevolaban la sala y tú te abrías paso a través de una cortina de cadenas para ir a un reservado en el que había varías personas dándose el lote en una cama destartalada para pedir una bebida en una barra en la que estabas separado de los camareros por barrotes de manicomio. Señores y señoras, un disco que es capaz de hacer que te vengas arriba con semejante imagen no puede ser malo.