Si buscas un colgante realmente único, no te puedes perder los tronquitos de Yiyí Gutz: recolectados en la naturaleza y listos para lucir en tu cuello.
Desde hace algunos años, a nadie se le habrá escapado que estamos viviendo un proceso de «humanización» de la moda que late con un pulso furioso en contraste con el otro gran proceso en el que vivimos inmersos desde hace décadas, que es el del futurismo, el de los tejidos técnicos y la aproximación del diseño a presupuestos más tecnológicos. Cada lateral de este ring de boxeo pacífico tiene sus púgiles estrella… Y la verdad es que no cuesta posicionar la propuesta de Yiyí Gutz en el rincón victorioso de lo orgánico, de la incorporación de la naturaleza en el mundo de la moda respetando al cien por cien el entorno.
Al fina y al cabo, lo que hace Yiyí Gutz es darle una nueva vida a algo que, de otra forma, acabaría literalmente ardiendo en el fuego del olvido. La historia de la diseñadora es de las que tocan la fibra: cuenta ella misma que de pequeña veraneaba en una finca de Murcia a la que volvió hace poco tiempo para encontrar que el paisaje había cambiado por completo. Uno de los cambios que más le hizo temblar el corazón fue descubrir que uno de los árboles más antiguos del lugar había sido abatido por un rayo durante una tormenta y que, por lo tanto, estaban utilizándolo para hacer leña a partir de su madera.
Ante semejante visión, Yiyí decidió recolectar algunas de las ramas del árbol caído… y dejar volar su imaginación. El resultado fueron unos colgantes preciosos que serían la piedra filosofal de la firma que llevaría el nombre de la diseñadora. A partir de aquel momento, Gutz se ha dedicado a recolectar palos y ramas de diferentes lugares siguiendo una regla moral más que fundamental: estos palos y rama nunca son arrancados del árbol vivo, sino que se recogen de lo que la diseñadora encuentra en lugares tan mágicos como el Parque del Retiro, Campo Grande, el Parque del Oeste, los Jardines del Turia, Yecla o La Cañada. La denominación de origen de cada pieza, por cierto, siempre es indicada en las joyas Yiyí Gutz.
Yiyí Gutz decidió recolectar algunas de las ramas de un árbol caído… y dejar volar su imaginación. El resultado fueron sus preciosos colgantes.
Y así llegamos hasta el presente, que es cuando la firma está presentando la que ya es su colección para el próximo otoño / invierno 2015-16. En ella encontramos todas las piezas insignia de su línea «On Wood«. Para empezar, las colecciones «Natural Oro» y «Natural Plata» seleccionan las zonas más curiosas y los nudos más sugerentes de los tronquitos, que se dejan al natural y se sostienen con dos piezas que pueden ser de plata bañada en oro o de plata de ley a juego con la cadenita. En el caso de las colecciones «Hilo Oro» e «Hilo Plata«, a todo lo dicho anteriormente se añaden diferentes hilos de algodón egipcio que se enrollan en el tronquito formando patrones de colores siempre optimistas y destinados a alegrar el alma. Y todo ello sin contar las dos líneas «Vertical» y «Horizontal», en las que a los tronquitos se les quita la corteza, dejando al descubierto la veta natural de la pieza.
¿No te parecen todas las piezas de Yiyí Gutz una especie de revisión post-moderna de una artesanía tradicional y casi atávica? Estos colgantes están lejos de la mamarrachería new age y boho chic de hace temporadas y, definitivamente, mucho más cerca del corazón. Literal y figuradamente.