Pues sí, amigos: ha llegado ESA época. El cambio de armario ya debería de ser algo efectivo porque las castañas calentitas, Halloween, los panellets (yum!), los boniatos y el cambio de hora (es decir, el otoño), ya están aquí. Y como en FPM nos preocupamos mucho de nuestras lectoras y lectores y queremos que vayáis calentitos y guapos, hoy os recomendamos la artesanía de punto de Harmont & Blaine, una de nuestras marcas favoritas en prendas de invierno que, aunque tiene ropa para ambos sexos, vuelve totalmente locos a algunos hombres de esta redacción (y les queda de muerte, claro).
Hablamos de una firma italiana familiar, nacida en el Golfo de Nápoles que presentó su primera colección en 1995 y que, desde entonces, ha estado asociada a la ropa de calidad con denominación de origen mediterránea y a unos estándares muy elevados. Le debe su nombre al Duque de Harmont y su bonito logo al perro de este; así que, con semejante pedigrí, es fácil suponer que tener alguna prenda de su catálogo no es tener un jersey y ya está: cada pieza está cuidada hasta el último detalle y es de esas firmas cuyo simple logo ya da a entender un valor añadido. Son muchos años demostrando que cuidan su producto con mimo y lo fabrican de forma artesanal, hasta casera (en el mejor sentido de la palabra), y que le dan a las prendas de un punto una dimensión nueva.
Estamos demasiado acostumbrados a relegar a este tipo de ropa a nuestro «fondo de armario» porque suele ser aburrida y monocroma; es la ropa del «uf, qué pereza vestirme hoy, me pongo esto«. Pero esta marca ha conseguido dotar a sus jerseys y cárdigans de una luminosidad y colorido que en época de frío son imprescindibles y, además, han conseguido adquirir un valor de marca envidiable. Vamos, sólo hace falta verlos.