Este artículo contiene un mensaje para todos aquellos que dicen que todas las canciones de «Something To Tell You» de Haim suenan igual: ¡callaos la boca!
Si no abriera esta reseña del «Something To Tell You» (Columbia, 2017) de Haim reconociendo que soy un fan fatal de las hermanísimas, estaría cometiendo el flagrante delito de hacer pasar mi alegre fanatismo por periodismo serio. Y no. Eso no. Así que os lo advierto directamente: no intentéis asimilar todo lo que viene a continuación como una reseña objetivamente periodística y tomadla como lo que es, el rant de un fan que está un poco hasta los cojones de tener que responder a toda esa gente que dice que con una canción de Haim que escuches ya las has escuchado todas.
(PARÉNTESIS CHAPAS: Otra cosa os voy a decir: la mayor parte de periodistas suelen disfrazar sus filias y fobias de periodismo serio… Así que creo que mi «destape» debería ser considerado como algo positivo a la hora de tener en cuenta el enfoque de este texto. He dicho.)
Empecemos entonces por el principio y abordemos uno de los grandes estigmas de la música, así en general. Y es que, al fin y al cabo, ¿cuánta verdad puede haber en ese alegato de que «todas sus canciones suenan igual»? A ver, ¿alguien tiene los cojones de decir que Woody Allen es un mal director porque todas sus películas son igual? ¿Alguien tendría alma suficiente para plantarle cara a Michel Houellebecq y espetarle que todos sus libros al final son la misma mierda? ¿A que no? Pues eso.
Bueno, de hecho, no solo eso. De hecho, es que hay más todavía y podemos profundizar en el temita… Consideremos el «disco» como unidad en la industria musical y comparémoslo a la «película» como unidad en la industria cinematográfica. Evidentemente, un disco está compuesto de diferentes canciones, mientras que la película es una única unidad de sentido… Ahora bien, un disco también es una unidad de sentido por mucho que contenga diferentes canciones: si a un artista le da por hacer un álbum en el que la primera canción es teknazo alemán, la segunda reggae y la tercera electropop, pues como que lo concebimos como una mierda esquizofrénica que nos cansa la cabeza. ¿Sí o no?
Así las cosas, queda claro que las canciones de un mismo disco han de sonar más o menos similares para que las entendamos como eso: como una unidad de sentido que nos hable de la evolución musical de la banda o el artista en el tiempo transcurrido entre el anterior álbum y el presente. O como la carta de presentación de un imaginario sonoro que, evidentemente, ha de plantearse desde lo homogéneo, no desde una heterodoxia que inmediatamente se identifica como falta de personalidad.
Pero no es el caso. Estamos aquí reunidos, hermanos, para sopesar «Something To Tell You» como la continuación de la que ya fuera la carta de presentación de Haim, el muy celebrado y todavía sorprendentemente vigente «Days Are Gone» (Columbia, 2013). ¿Tienen todas las canciones de este álbum un sonido común? Sí, claro que sí, pero eso nunca se ha percibido como algo negativo cuando hablamos de otros artistas que podrían ir desde Sprinsgteen a Bill Callahan. Yo qué sé. Más todavía: ¿suenan los temas de este disco igualicos a los del debut de las hermanas Haim? Mira, por ahí no paso.
Recapitulemos: a «Days Are Gone» ya se le criticó por la homogeneidad de su sonido: aquel disco actuaba a modo de «recopilatorio» de todo un conjunto de canciones que Haim habían ido publicando a lo largo de varios años (en su momento era broma recurrente hacer chanza de lo que la banda estaba tardando en lanzar su debut). Los cortes que brillaban con mayor intensidad eran los que ya habíamos escuchado, y el resto seguían una línea demasiado mímica como para sobresalir ante los hits ya conocidos. Así que crítica al canto: ¡son incapaces de crear algo nuevo que nos sorprenda!
Y entonces llegamos a «Something To Tell You«. Cuatro años después, Haim han aprendido la lección: pocos son los temas que preceden al lanzamiento del disco y, de hecho, de entre ellos solo uno podría considerarse un single al estilo de la banda. Escuchamos «Right Now» en un video rodado por Paul Thomas Anderson y muchos pensaron que era una versión sin mezclar de lo que finalmente escucharíamos en el álbum. «Little of your Love» solo llega hasta nosotros en formato directo, y «Want You Back«… ¿Qué decir de «Want You Back«? Básicamente, que es la mejor canción de Haim hasta la fecha porque ensambla todo aquello que los fans adoramos de las hermanas y lo eleva a una potencia que asusta: la rítmica pluscuamperfecta, el mood melancólico, los ecos de Fleetwood Mac y, por encima de todas las cosas, el estribillo ultra coreable. Lo dicho: la canción definitiva de Haim.
Ahora bien, «Something To Tell You» incluye una buena ración de temazos capaces de mirar directamente a los ojos de hits como «Forever«, «Falling«, «Don’t Save Me» o «If I Could Change Your Mind«… «Little of you Love» es un grower que crece dentro de ti a base de palmas optimistas, «Something To Tell You» bebe del soul y el funk ochenteros como Wilson Philips producidas por un alma negra y «You Never Knew» es el hit de Solange que todos esperábamos después de su EP «True» y antes de que la hermana de Beyoncé decidiera cambiar de rumbo musical. Por poner tan solo tres ejemplos magistrales. Todas estas canciones pueden entenderse dentro del imaginario de Haim, ya que están construidas genéticamente a partir del inconfundible ADN de la banda.
Ahora bien, este segundo disco incluye todo un conjunto de novedades que ni los fans esperábamos. A saber… «Nothing’s Wrong» de repente se quiebra y entra en una dimensión paralela de ecos aletargados a lo Bon Iver (en versión chicas de 20 años, claro). «Right Now» al final llegó al álbum tal cual la escuchamos en el video de Paul Thomas Anderson: con un punto inacabado, en construcción, y repleta de espacios vacíos que casan a la perfección la letra de la canción. «Walking Away» chapotea fresca y alegremente en el r&b si necesidad de meterle el «nu» delante. Los violines y el crescendo de «Found It In Silence» son una verdadera locura. Y «You Never Knew» suena a Solange circa «True» porque es el resultado de la voluntad de Haim de buscar nuevos desafíos en la producción más allá de su mago habitual (Ariel Rechstaid, que esta vez ha sido comandado por Rostam Batmanglij de Vampire Weekend) y ponerse a trabajar junto a Dev Hynes.
Así que ¿quién tiene los santos cojones de decir que todas las canciones de «Something To Tell You» suenan igual? Mejor digamos las cosas tal y como son: Haim es una de esas bandas a las que es demasiado fácil pillarles manía. Resulta tremendamente sencillo reducirlas al cliché de «tres niñatas que la industria nos está intentando vender desesperadamente»… Un cliché que, por cierto, no podía contener menos verdad: desde sus inicios, las hermanas Haim han dejado claro no solo que tienen un bagaje musical francamente alucinante («culpa» de unos padres enfermos de pura melomanía), sino que hacen las cosas en sus términos y no en los de la industria.
Si quieres seguir viendo a Haim como tres hermanas monas que repiten siempre la misma canción, ese es tu problema. Está claro que, si fueran dos tíos jorobados a los que les faltan los ojos estaríamos todos chifladísimos con las dobleces de su sonido visionario. Pero, mira, es que no: Haim son tres hermanas capaces de pillar el pop y el rock más mainstream de los 80 y los primeros 90 y traducirlo en hits perfectos. Si compras, compras hasta el final. Si no compras, no compres… Pero por lo menos no digas cosas que no son ciertas para desacreditar aquello que no te gusta y en lo que prefieres no profundizar. [Más información en la web de Haim]