Paco y Manolo hacen triplete en Espai Tactel este 22 de abril: presentan el número 20 de su revista Kink, el primero de Cuaderno y la exposición «Guest List».
En junio de 2006, Paco y Manolo editaron el primer número de Kink dentro de su propia editorial, Kink Editorial. Esta publicación nacía como una revista de tirada periódica que recogía la particular visión fotográfica de Paco y Manolo al respecto del retrato y que celebraba el erotismo en estado puro. El primer número de Kink fueron 64 páginas que recogían las fotografías que la pareja habían ido haciendo a sus amigos a lo largo de los años. Podía parecer una cosa casera, algo hecho entre colegas, pero pronto la revista llamó la atención a propios y extraños y se convirtió en objeto de culto, además de en un referente del homoerotismo.
Con el paso de los años, Kink pasó a ser también en un referente de la fotografía no sólo en nuestro país, sino más allá de nuestras fronteras. Por sus páginas, a lo largo de casi veinte números han pasado artistas, actores, pintores, escultores… Todo tipo de mentes y almas creativas que no han querido dejar escapar la oportunidad de figurar en los créditos de una de las publicaciones más cuidadas (y más longevas) de nuestro país.
En abril Kink edita su número 20, que se dice pronto, y sus responsables lo presentarán el martes 22 de abril en la galería valenciana Espai Tactel. No sólo eso: Paco y Manolo son también los responsables de comisariar una exposición colectiva que se instalará en la mencionada Espai Tactel hasta el día 26 abril y que, bajo el nombre de «Guest List«, recoge las Polaroids de muchos (y célebres) nombres que han pasado por las páginas de los veinte números de Kink (Benjamin Fredrickson, Sito Mújica, Slava Mogutin…). Fotografías que, además de estar en esta exposición, también serán recogidas en «Cuaderno«, la nueva aventura editorial de Paco y Manolo que es alumbrada como la hermana pequeña de la ya crecidita Kink y a la que desde ya le deseamos un recorrido tan fructífero y generoso como el de su hermana mayor mientras cruzamos los dedos para que esta exposición pasee sus Polaroids también por nuestra ciudad. No es mucho pedir, ¿no?