Gruff Rhys pasó por Vigo el 15 de marzo para presentar su nuevo disco en directo y, como dice su título, ayudarnos a buscar nuevos dioses.
En el área de Vigo no hay un volcán ni nada que se le parezca. Así que Gruff Rhys no tenía a la vista un pico similar a Paektu, la montaña asiática en la que basó su último disco, “Seeking New Gods” (Rough Trade, 2021). A cambio, sí que tuvo la posibilidad de observar cómo la calima sahariana cubría de polvo entre naranja y amarillento el cielo de la ría, igual que lo haría la ceniza salida de un cráter. Con lo cual, si el galés deseaba buscar inspiración antes de acometer el concierto SON Estrella Galicia con su banda en la sala Radar enmarcado en la mini-gira española de presentación de “Seeking New Gods”, bastaba con que mirase hacia el mar. Sin embargo, dado el nivel mostrado por Rhys en ese trabajo y en sus anteriores álbumes bajo su nombre, no necesitaba que ninguna clase de musa le ayudase.
Fue todo un lujo que a golpe de martes (15) de marzo, Gruff Rhys y compañía -uniformados de blanco- desplegasen su amplia y rica paleta pop-rock. Como el mismo Rhys sugirió enseñando carteles cual Bob Dylan en el vídeo de “Subterranean Homesick Blues”, esa noche podría cambiar la vida -o no- de los presentes. De acuerdo, el directo no llegó a ese punto de revelación, pero sí que sirvió para iluminar la existencia durante 90 minutos entre destellos melódicos, psicodélicos y una pizca extravagantes, tal como marca el libro de estilo de Gruff Rhys.
Con una estructura dividida en aperitivo, dos platos principales y postre, el galés comenzó picando de aquí y de allá para rescatar algunas de las gemas que se guardan en su discografía, como “Frontier Man”, “Candylion” o “Pang!”, aunque en este tramo brilló especialmente su tema más nuevo, “People Are Pissed” -tan reciente que era la segunda vez que lo tocaban en vivo-, expresión del hartazgo contra “la incompetencia y la arrogancia de Boris Johnson” con Kliph Scurlock aporreando la batería con tanta fuerza como destreza.
Tirando de un sentido del humor que no abandonó en ningún momento -ni su curiosidad por saber cómo se decían en gallego ciertas palabras-, Gruff Rhys avisó de que el gran motivo del concierto era, lógicamente, “Seeking New Gods”, que interpretaron prácticamente en su totalidad según el orden del tracklist y con el característico sintetizador de fondo que hilvana el disco. Sobre las tablas supo a gloria la forma en que sonaron “Mausoleum Of My Former Self”, “Can’t Carry On”, “Loan Your Loneliness” o “Hiking In Lightning”, que conservaron sus matices a pesar de no contar con la trompeta ni con los espléndidos coros de Lisa Jen-Brown y Mirain Haf Roberts de sus versiones de estudio. Y de la cara A del LP se pasó a la B -literalmente-, donde Rhys se desató en “Holiest Of The Holy Men” y “The Keep”, para mutar en “Distant Snowy Peaks” en un ser etéreo que transmitía una dulce placidez.
Así es Gruff Rhys, un camaleón musical que intercambia las guitarras y el keytar y sopla su armónica con absoluta naturalidad. La propia de un tipo que demostró hasta dónde llega su genio creativo al concentrar en la parte final un pequeño muestrario de su poliédrico estilo: puramente pop (“Take That Call”, “Negative Vibes”, “Sensations In The Dark”), juguetón (“Iolo”), africanista (“Bae Bae Bae”) y bizarro, cuando se despidió con “Gyrru, Gyrru, Gyrru”. Es decir, ‘conduciendo’ en galés, tal como habían hecho Rhys y amigos para llegar a Vigo y como harían después en su furgoneta (¡con un contrabajo incluido!) para continuar su excursión española. Todo un mérito, si tenemos en cuenta las consecuencias post-Brexit y de la pandemia y los ecos bélicos de fondo. Pero allí estaban, intentando que buscáramos nuevos dioses cuando era suficiente verlos a ellos practicando magia encima del escenario. [Más información en la web de Gruff Rhys]