Si El Último Vecino consiguió acaparar el número 8 de nuestra lista de los mejores discos nacionales de 2013 (que puedes ver aquí), por algo será. Básicamente, porque aunque llegó bastante tarde en el año, fue algo así como un flechazo inmediato: uno de esos álbums que se clavan directamente en el corazón sin pasar por la cabeza. Y lo jodido (o más bien «lo jodidamente bueno») es que, desde entonces, no ha abandonado ese lugar en nuestro corazón, sino que más bien se ha ido clavando cada vez más profundamente, poco a poco pero sin pausa. Así las cosas, no es de extrañar que nos excitemos cada vez que hay nuevas noticias del proyecto de Gerard Alegre…
Para empezar, y para los que tengan mono de material nuevo de El Último Vecino (y, oye, no somos nosotros quiénes para decir esto, pero hay que estar un poco enfermo para reclamarle nuevo material cuando el disco tiene tan poquito tiempo), el pasado 7 de febrero Club Social lanzó un vinilo transparente en edición limitadísima que incluye tres versiones de clasicazos patrios a cargo de novísimas bandas nacionales: M A J E S T A D se atreven con un tema de El Desvän del Macho, Pan Total optan por hacer suyos a Los Ilegales… Y El Último Vecino se decide por una opción tan natural como «Moscas Aulladoras, Perros Silenciosos» de Los Burros. Repetimos: es edición especial y muy limitada, así que lo mejor que puedes hacer es correr para hacerte con una copia.
Y, por si lo dicho fuera poco, el día de San Valentín va a marcar el inicio de una temporada repleta de conciertos de lo más diversos: El Último Vecino actuarán el 14 de febrero en Barcelona (Sala BeCool), el 15 en El Prat del Llobregat (Sala Casino), el 21 de nuevo en Barcelona (en la presentación del BIS Fest. en el CC Albareda), el 1 de marzo en el Ornitofest (Barcelona) junto a Mujeres, el 8 en Madrid (IndiepopFest), el 15 de vuelta a Barcelona (BIS Les Basses), el 19 de abril en el Festival Octubre Ayora (Valencia) y, por último, el 28 en el ENO fest. de Madrid. Si todavía no habéis catado la propuesta de Alegre en directo, os estáis perdiendo la mitad de la gracia de El Último Vecino. Y hasta aquí podemos leer.