Olvidémonos ya del tiempo que John Galliano pasó a la sombra… Su actual labor al frente de Maison Margiela es muy alucinante, tal y como prueba esta colección presentada en París.
La eterna historia: diseñador de moda que vuela demasiado cerca del sol, se le funden las alas y cae en picado hacia lo más profundo de un mar de ostracismo. No hace falta que narremos aquí y ahora la triste historia de John Galliano porque, fundamentalmente, es de sobras conocida… Y, de hecho, lo que nos debería interesar a todos ahora mismo es que el diseñador ha vuelto a volar bien alto en el firmamento del mundo de la moda de la forma más efectiva posible: a base de un trabajo bien hecho.
Lo que, en su caso, significa que no solo se ha vuelto a poner a la altura de los diseñadores más actuales después de su tiempo en la sombra, sino que incluso está consiguiendo aportar algo nuevo, algo original, algo que nadie más está haciendo ahora mismo y que seguro que muchos van a empezar a copiar en tres, dos, uno… Ese «factor x» acaba de quedar más claro que nunca sobre la pasarlea de la Paris Fashion Week, que es precisamente donde Galliano ha presentado una pletórica nueva colección para Maison Margiela.
Es esta una colección con la que el diseñador parece responder directamente a todos aquellos que siempre le han criticado ser una rara avis (excesivamente colorida) que va demasiado por libre. De esta forma, en la nueva colección de Maison Margiela es fácil detectar algunas de las constantes de la moda actual: las maxi-siluetas, el officecore, las puffer y las secuelas de la locura de hace algunas temporadas por el active wear. Pero lo que resulta francamente inédito es cómo Margiela articula todos estos discursos para introducirlos en una misma colección que es pura extravaganza post-apocalíptica.
Las prendas en capas imposibles que crean nuevas y desafiantes siluetas hacen pensar en looks forzados por la necesidad del fin del mundo, cuando un entorno hostil obliga a parchear estilos y tejidos que nada tienen que ver los unos con los otros. Especial mención a las zapas reinventadas por la vía de las fijaciones de tablas de snowboard. Y lo mejor de todo es que, esta vez, parece que John Galliano no se dirige directo al sol con sus nuevas alas, sino que más bien mantiene una altura de vuelo constante. Una altura lujuriosamente elevada, eso sí. [Más información en la web de Maison Margiela]