Ni uno, ni dos, ni tres… sino cinco son los homenajes a Franco Battiato que se marcan Alexanderplatz, Algora, Cosmen, Kiev Cuando Nieva y Marco Maril.
Todo cambió por una apuesta. Su evolución desde la canción romántica al rock progresivo y psicodélico y, posteriormente, a la electrónica experimental y la vanguardia minimalista auguraba que la música de Franco Battiato se iba a circunscribir a un selecto circuito de oídos exigentes. Pero, un día, sus colegas de gremio le retaron a componer un hit. Aceptó el desafío y cumplió de sobra. Gracias a ese triunfo, la historia de la música popular italiana y europea se alteraría para siempre. Franco Battiato intelectualizó el pop para todos los públicos y le otorgó clase y distinción con sus inconfundibles melodías, sus exquisitas orquestaciones, sus delicadas suites pianísticas, sus exóticos aires étnicos y unas letras muchas veces convertidas en auténticos jeroglíficos.
Franco Battiato demostró que la calidad no estaba reñida con la comercialidad, hasta el punto de firmar el primer disco millonario en las listas de ventas de Italia. Su participación en el certamen de Eurovisión de 1984 junto a Alice no igualó el éxito de ambos en el festival de San Remo tres años antes, pero quedó como ejemplo paradigmático de que en el concurso musical europeo los mejores autores no siempre son comprendidos. Sin proponérselo, Battiato se había erigido en el patrón de las voces transalpinas con el credo humanista por bandera, sin entender de fronteras e impulsado por un ideal panmediterráneo que lo llevó de África a Oriente, de Túnez a la antigua Mesopotamia, de Tirana a San Petersburgo y, claro, de Italia a España, país con el que estableció una estrecha conexión en forma de canciones adaptadas al español, versiones ajenas, influencia intergeneracional y presencia en la cultura pop patria.
La carismática silueta de Franco Battiato era siciliana de arriba abajo, aunque su alma pareciera más bien florentina por su empeño en ser un renacentista moderno al cultivar también la ópera clásica, la pintura y el cine, campo al que proporcionó varias películas y, en sentido inverso, donde se le rindió tributo, como en la escena más emblemática del film de Nanni Moretti “Palombella Rossa”. Como parecía que el mundo artístico se le quedaba pequeño, Battiato daría el salto a la política para vivir en sus propias carnes las consecuencias de enfrentarse a los resortes del poder de aquella pobre patria que había denunciado a lo largo de su carrera. Dijo la cruel verdad sobre los parlamentarios del gobierno de su nación y le enseñaron la puerta de salida. Su filosofía no estaba hecha para asuntos tan prosaicos…
El bardo sufí, budista, meditativo, vegetariano, místico, enigmático y políglota acompañó a los nómadas de la vida, reconfortó a los solitarios nostálgicos, hizo que danzaran los corazones de piedra recubiertos de musgo, ayudó a alcanzar el cielo en una habitación y enseñó que amar es cuidar y que el amor viene y va, una educación sentimental y emocional recibida a través de casetes escuchados en casa o en el coche, de emisoras de radio FM y de programas de televisión en los que su figura brillaba con solemne humildad. Independientemente de las preferencias musicales que cada cual tuviera en determinado momento, Battiato siempre estaba ahí, dispuesto a consolarnos o a ofrecernos respuestas con su elegante sabiduría.
El universo era una de sus principales inspiraciones -incluso un asteroide lleva su apellido-, de ahí que Franco Battiato afirmara no temer a la muerte y creer que, más allá, existe un camino que lo traerá de vuelta a la Tierra, aunque no sabemos qué nueva forma adquirirá en el futuro… De lo que sí estamos seguros es de que, con sus canciones, Battiato estará presente eternamente, por eso el mito siciliano nunca morirá. Desde fantasticmag, con las palabras de Alexanderplatz, Algora, Cosmen, Kiev Cuando Nieva y Marco Maril, le decimos ‘addio, Maestro, grazie di tutto’.
ALEXANDERPLATZ
Tengo un amigo al que, de más joven, alguna gente llamaba el Battiato por la costumbre de poner su música en el bar donde trabajaba y entusiasmarse notoriamente. Juntos llegamos a fantasear con la creación de una app (cuando las apps de los móviles aparecieron como un tornado parcelando la realidad aún más) rompedora: el iBattiato, una aplicación para generar canciones aleatoriamente a lo Franco Battiato mediante inteligencia artificial.
El algoritmo haría que aparecieran versos indistintamente en inglés, francés, alemán, español e italiano; que hubiera referencias a personajes históricos, a artistas y a canciones de pop clásico; que, además, hubiera mucho topónimo; y, en fin, que estuviera bien surtido de frases rimbombantes rollo ‘jenízaros adolescentes desfilando solemnemente la noche del solsticio de verano en el mar Egeo’ y chorradas así.
El caso es que una marcha de jenízaros suntuosamente vestidos desfilando por esos campos mediterráneos de Dios me parece una cosa casi mágica. Pero que no se me confunda, esto no es responsabilidad de mi imaginación: después de que cierto mosquito (que vive en unas zonas pantanosas que bordean el desierto libio) me haya inoculado la fiebre del battiatismo, mi sensibilidad a la hora de entender la poética de la canción popular, sus temas e imágenes ha cambiado para siempre.
El mismo amigo del que hablaba antes años más tarde intentó colarse en un concierto de Franco porque no se había comprado la entrada en su momento. Al tratar de saltar una valla, la cosa fue mal y el móvil acabó en el suelo, roto. Nos reímos del instant karma. ¿Creerá Battiato en el karma? Seguro que sí. Sé que tenía (¿tiene?) ciertos convencimientos de orden metafísico de los que yo carezco, para mi desconsuelo. Si está en lo cierto, ¿en qué se reencarnará? Le quiero creer con una buena cuenta corriente de karma, así que esperemos anhelantes la llegada de ese supuesto ser humano rebosante de inteligencia y sensibilidad. A ver si hay suerte y nace en Murcia. Así que viva Franco, literal y metafóricamente. [Más información en la web de Alexanderplatz]
ALGORA
En el pop, habitualmente, la poesía se adapta a la música. Battiato hizo lo contrario: adaptó la música a la poesía sin restarle ni un ápice a la esencia de ese género tan inmenso que es el pop. Estructuras y métricas imposibles, giros inesperados y un universo que poco tuvo que ver con nada. Removió el género de la canción de una forma irrepetible y nos invitó a viajar por caminos llenos de prismas. La primera vez que escuché “Nómadas” quedé hipnotizado. Su obra es tan extensa y tan maravillosa que tardaremos una vida en entenderla. [Más información en el Instagram de Algora]
COSMEN
Lo importante de Battiato para mí es que representa hacer música pop desde otro enfoque que no consiste en hacer productos para el consumo, sino un trabajo cultural que permita a las personas reflexionar y cuestionar la realidad. La auténtica rebeldía de músicos como él es escapar de los dogmas que funcionan en el mercado, centrándose en la verdadera libertad creativa. Battiato no se esforzó por ser sexy ni moderno ni liberal. Nos demostró con su misticismo y su existencialismo que, como músicos, somos artistas y podemos ser todo lo que queramos. [Más información en el Instagram de Cosmen]
KIEV CUANDO NIEVA
De Franco Battiato se pueden aprender muchas cosas… Por ejemplo:
- El formato ‘canción pop’ es infinitamente flexible, y puedes meter unas dulzainas midi o un zapateado altisonante y que funcione aún mejor.
- Las letras pueden ser un revoltijo de imágenes dispersas, no hace falta que rimen todas las frases ni que incluyan un estribillo.
- No hay temas ni puntos de vista que no puedan ser tratados y no existe lo cursi si se expresa con convicción y sinceridad.
- El arte, la historia y la literatura son fuente de conocimiento y enriquecen la vida.
- La cultura mediterránea es rica y fascinante y puede ser tan pop y contemporánea como la anglosajona.
- Un tipo flacucho, cerrudo, narigudo e hierático puede dar la talla como estrella del pop.
- Tomarse muy en serio y ser gracioso o estrafalario no son cosas excluyentes.
- Ser percibido como raro y hermético y permanecer fuera de los focos durante mucho tiempo es compatible con granjearse popularidad internacional y el cariño de varias generaciones de personas, aunque no sean melómanas ni gourmets de lo minoritario.
Su muerte provoca una sensación distinta a la de otras figuras de la música, atañe de una manera más cercana. No diremos que es como de la familia, pero sí como alguien de tu ciudad, como un profesor que te dio clase de niño y que seguía viviendo a un par de calles. Alguien muy admirado y, a la vez, muy tangible a quien te ha unido una intimidad, un trato personal.
En el verano de 2017, Battiato iba a tocar en el festival Pirineos Sur. Nosotros estábamos empezando a preparar “Inicio de Surco” y, en el coche, yendo al pueblo o al local llevábamos un recopilatorio que incluía cuatro o cinco temas suyos, por ir calentando para aquel encuentro con él. En Lanuza se le vio ya avejentado, sentado sobre un podio forrado de alfombras, aterido por el frío pirenaico. Pero el concierto, por supuesto, fue maravilloso. [Más información en el Instagram de Kiev Cuando Nieva]
MARCO MARIL
En el año 2006, los italianos Jennifer Gentle vinieron de gira por España e hicieron parada en el Vademecwm de Vigo. Tras el concierto, en el puesto que solemos tener los grupos para vender nuestros discos, me llamó la atención un tributo a Franco Battiato, editado por el sello italiano Sillyboy y en el que se recogía una frase de Julian Cope en la que lo tildaba de “latin Ziggy”.
Partiendo de ese homenaje, establecí conversación con uno de los miembros de la banda en torno a Battiato, del que me confesó su admiración absoluta. Poco a poco, fue descubriéndome aspectos que yo desconocía, fundamentalmente de su época más experimental, y la curiosidad por el personaje creció en mí, fruto de su apasionada devoción.
Al día siguiente, escuchando el recopilatorio, empecé a buscar información e investigar esa parte más oculta de Battiato y quedé absolutamente asombrado de su capacidad de mutación, de la cantidad de estilos diferentes que había desarrollado con total maestría e incorporándole su inconfundible sello personal.
Desde entonces, se ha convertido para mí en un referente absoluto, tanto en su parte musical como en su faceta más espiritual, de pensador, y siempre que me acerco a él descubro cosas nuevas… Nuevas vías, nuevos pensamientos. Franco Battiato creía en la reencarnación y, a pesar de su muerte física, creo que va a seguir presente en muchos de nosotros, tomando nuevas formas a través de esas nuevas lecturas que muchos seguiremos haciendo de su extenso y magistral legado. [Más información en la web de Marco Maril]