Que conste que estamos muy orgullosos de nosotros mismos: ha caído en nuestras manos una app de esas que parecen diseñadas para sacar lo peor de nosotros… Y al final hemos resultado ser mucho más que buena gente. Por si eso fuera poco, este mes también os traemos otras dos apps que deberían estar ya en tu smartphone: uno de los mejores y más adictivos juegos que te podrás echar a la cara este año y una aplicación que te enseña cómo eras hace un tiempo (si es que quieres saberlo, claro está). En total, parece ser que finalmente encaramos la recta final del año con apps novedosas capaces de devolvernos la ilusión que los últimos y apáticos meses parecían haber borrado de nuestros teléfonos. ¿O será que ahora tenemos más tiempo libre que en verano?
1. SNAPCHAT. Hace unos meses, un amigo británico de esta web se extrañaba de que no estuviéramos todos en España utilizando la última fiebre en UK: una app llamada Snapchat. No nos lo podía vender de forma más fetén: básicamente, es una aplicación que sirve para enviar fotos y vídeos a tus colegas con la gracia de que se autodestruyen en el tiempo que tu indiques. Muy Inspector Gadget todo. A ver, es sencillo: haces una foto o grabas un video, le asignas un tiempo y lo envías a quien te dé la gana con la seguridad de que no quedará constancia de su existencia. ¿Qué es lo primero que se te ha venido a la cabeza? Evidentemente, enviar fotos de tu rabo sin que tu pareja se entere o mostrarle tus pechotes a ese tipo que te pone burra sin peligro de que tu novio le parta las piernas cuando se entere. ¿Por qué no nos enganchamos todos a Snapchat en cuanto nos lo explicaron? Porque resulta que la aplicación todavía no estaba «disponible» para los usuarios españoles: te la podías descargar, pero no utilizarla. Hasta hace unas semanas, claro. Ahora ya podemos disfrutar de Snapchat a su máxima potencia: no sólo enviar fotos que se autodestruirán, sino también dibujar sobre ellas o ponerle textos sobreimpresos que mejoren todavía más la experiencia. Eso sí, una cosa te vamos a decir: nosotros todavía no hemos enviado ni una foto de rabos ni pechotes, porque al final Snapchat se ha convertido más bien en una herramienta de desbarre tronchante entre colegas gracias a su opción de enviar la misma foto a múltiples contactactos. Por una vez, al final resultará que somos gente maja y no onanistas recalcitrantes.
2. HAY DAY. Vale, cierto es que todos tuvimos nuestra época FarmVille y que acabamos un poco hasta los cojones de vivir con miedo en el cuerpo y tener nuestra vida secuestrada pensando siempre que nuestros cultivos se iban a pudrir. Pero es que Hay Day ha sido tan inteligente como para extirpar las mecánicas molestas (que se te pudran las cosechas, tener que recoger los cultivos click a click) y substituirlas por nuevas dinámicas mejoradas (puedes dejar la fruta en los árboles o el trigo en la tierra el tiempo que te dé la gana hasta que lo necesites, y además los cultivos se recogen con una pasada del dedo por la pantalla táctil). Pero es que, sobre todo, Hay Day va más allá del concepto FarmVille: si allá se trataba simple y llanamente de sembrar y cosechar, aquí el cultivo de la tierra (y los árboles y los animales) es sólo una parte pequeña del juego en sí: este es un juego de comercio puro y duro, en el que tienes que ir produciendo productos para ir vendiéndolos (primero en tu camioneta, más tarde en inmensos barcos). Para ello, tienes que ir obteniendo la materia prima de la tierra y transformándola en productos más elaborados en diferentes máquinas que vas desbloqueando y comprando poco a poco. Por poner varios ejemplos: para hacer tartas necesitarás tanto maíz como huevos (de los animales que cuides en tu granja) o nata (hecha a partir de la leche), mientras que para hacer lingotes de oro tendrás que extraer el metal de tu mina y transformarlo en tu fundición. Las combinaciones son cada vez más complejas, pero la curva de dificultad y aprendizaje está muy pero que muy medida para que, una vez se te pase la fiebre inicial, puedas seguir jugando muchos muchos meses tan sólo entrando un par o tres de veces al día. Juego del mes… ¿Y del año?
3. MEMOIR. Memoir acaba de aterrizar entre nosotros y ya tiene sus fans y sus detractores. Para que os hagáis una idea, cuando esta app llegó a nuestra redacción, lo hizo con la siguiente conversación: «Me he bajado una app muy chula que sirve para ir viendo lo que hiciste en redes sociales hace un año, hace dos años, hace tres años…» / «¿Cómo? ¿Para qué voy a querer yo ver cómo estaba hace un año y morirme de la vergüenza? ¿O ver que estaba mucho mejor y sentirme más vieja?» Pues eso: Memoir no es una app para todo el mundo, pero todos aquellos que se aventuren a instalarla (y a esperar varios días en la cola de espera a que la aplicación «recopile» toda la información de tus redes sociales), seguro que se benefician del buen rollo de ver que hace un año te flipó esa película de la que hablaste en Facebook, que hace dos años colgaste aquella foto en Instagram o que hace tres años la liaste bien parda en Twitter con aquel comentario tan polémico. Estas tres son tan sólo algunas de las muchas redes sociales que puedes asociar a Memoir y, lo que es mejor todavía, resulta que esta no es una app individualista, ya que puedes compartir algunas de tus memorias para que tus amigos vean también lo que hiciste hoy mismo hace varios años. Simple, sencillo… Pero poderosamente nostálgico. ¿Y lo que nos gusta a nosotros la nostalgia?