¿2013 debería traernos mogollón de nuevas aplicaciones? Seguro que sí. Seguro que lo hará. Pero, por ahora, nuestra nueva entrega de FPApps se va a centrar en darle el protagonismo que se merece a algunas de las apps que aterrrizaron en nuestros iPhones (bueno, también iPads y smartphones, pero aquí es que parece que nacimos pegados por la cadera a un iPhone) y que, sin embargo, no tuvimos tiempo de mimar debidamente en esta sección. Son tres aplicaciones imprescindibles ya sean para aumentar tu productividad (lo que, por muy mal que suene, al final mola y todo), para mejorar tu vida o, simple y llanamente, para hacerla un poco más divertida. Prometemos que pronto nos centraremos en 2013… Hasta entonces, permitidnos este capricho.
.
1. EVERNOTE. Tenemos que reconocer que Evernote ha causado furor en la redacción de FPM porque, básicamente, nos he facilitado muchísimo la vida. Nos explicamos: esta aplicación no es mucho más que el típico bloc de notas que ya trae de serie tu iPhone. ¿Cuál es la diferencia? Para empezar, que la composición de notas es mucho más interesante: puedes incluir fotos, hacerlas bonitas gracias a un completísimo editor de texto, etc… También puedes agruparlas en libretas, ponerles tags para encontrarlas más tarde con facilidad o para buscarlas en grupos. Pero lo mejor de todo, lo que nos ha enamorado desde el minuto uno, ha sido que, además de llevar Evernote en tu iPhone (o iPad), también puedes descargar la aplicación en tu ordenador. Una vez realizado este paso, la locura se desata: puedes sincronizar ambas cuentas y, voilà, todo lo que tienes en un sitio también lo tienes en el otro; lo que viene a significar que, por ejemplo, estás en un concierto tomando notas para escribir un buen artículo más tarde y, automáticamente, cuando llegues a casa tendrás ese texto en tu ordenador. Más posibilidades: si te instalas el WebClipper de Evernote en tu explorador de Internet, siempre puedes «guardar» páginas como si fueran notas y así acceder a ellas de forma offline (lo que viene a abrir todo un mundo, por ejemplo, para los que suelen cocinar con el iPad). Todo lo dicho es suficiente para que, desde hace un par de meses, Evernote sea lo más utilizado en nuestros iPhones tan solo por detrás de Instagram.
2. MYTAXY. Nos parece increíble que todavía no hubiéramos incluído myTaxi en esta sección… Porque, intentad imaginar esta escena: Sónar 2012, 7 de la mañana, hordas de zombies saliendo del recinto del festival, la certeza de que pillar los ferrocarriles va a ser LA MUERTE, la cola de los taxis dando tres vueltas a la manzana y nosotros que sacamos nuestro iPhone, abrimos myTaxi, la toqueteamos con amor durante unos segundos y, ¡zasca!, en diez minutos un taxi pasa a recogernos y nos lleva directos a casa. La palabra «salvavidas» se queda corta. Y en esto, básicamente, consiste myTaxi: en traerte un taxi inmediatamente te encuentres donde te encuentras. Además, una vez has solicitado un servicio puedes ver a tu taxista e incluso llamarle (para decirle que estás bajando las escaleras y que se espere, todo un clásico). Y, una vez ha terminado la carrera, puedes puntuar el taxi para que los demás tengan una referencia e incluso puedes guardar al taxista entre tus favoritos para que sea preferente en futuros servicios. Lo dicho: más allá del concepto «salvavidas».
3. MIRRORGRAM. Y el premio para la app chorra de la semana va para… Mirrorgram. Porque esto es bien sencillo: esta aplicación te permite tomar fotos a las que le aplicas el efecto «mirror»: seleccionas el punto de reflejo en la pantalla, de tal forma que la foto se parte en dos y un lado refleja al otro. Sencillo. Sencillisimo. Pero engancha una barbaridad y anima muchas noches de aburrimiento en las que no tienes ganas de tomar las fotos de siempre y lo que te dedicas es a convertir a tus amigos en alienígenas cabezones con tres ojos o en cíclopes monstruosos. Que también se puede utilizar Mirrorgram para crear puro arte, claro: paisajes surrealistas y cosas así. Pero, ¿quién coño utiliza el iPhone para crear arte y no como monumento a la procrastinación?