¿Qué haces? Pues vuelves a la calle, a ver qué ha pasado con tu cadáver, ¿no? Ahora por fin ya ha llegado la policía (es decir: tus compañeros) y tienen montado un bonico cordón acotando la zona donde están todas las pruebas que pueden darte pistas sobre el asesino. Es el momento de que aprendas un poco cómo va a funcionar el juego: cuando te encuentres con estas zonas, tendrás que ir encontrando «pistas» (ya sean físicas o a través de las conversaciones en las que te puedes inmiscuir «poseyendo» a la gente a tu alrededor, primero para escuchar y luego incluso para sugestionarles) que te desvelen ciertas «certezas» que serán las que irán haciendo avanzar la trama. En resumidas cuentas: cada nuevo escenario del crimen arroja una pregunta que tienes que responder encontrando las pistas adecuadas. En este caso, cuando finalmente descubres todo lo que puedes descubrir sobre tu asesino, es hora de entrar en el edificio y seguir explorando.
La sorpresa es que no puedes entrar en este tipo de edificios sagrados si un ser vivo no te abre la puerta (supones que es algo así como el «let me in» de los vampiros pero en versión ectoplasmática)… Por suerte, uno de los policías entre en el edificio y decides seguirlo. Aquí empieza la diversión de verdad. Dentro de esta construcción, puedes moverte con una libertad absoluta: atraviesas gran parte de los muebles y todas las paredes interiores (dejando una mancha blanquecina bastante graciosa que, a la vez, te sirve para recordar por dónde has pasado y por dónde no), te encuentras con gente que no te ve y con otros fantasmas que sí que te ven. De hecho, aunque podrías ir directo hacia el piso superior, que es donde está la segunda parte de la escena del crimen, prefieres quedarte en el primer piso y resolver el enigma que te propone una colega fantasma (una mujer de mala vida a la que asesinaron unos vecinos viejales hartos de los desfases de la tipa… pero eso es algo que no descubres hasta que pasas por todo el proceso de pistas y pruebas, claro).
Cuando estás listo para el segundo piso te encuentras con una sorpresa: ¿recuerdas los demonios que hicieron que tu primera amiga se miccionara encima? Pues resulta que también están en el edificio y que dan un canguelo de la hostia. Si te ven, van a por ti y pueden matarte, así que la única opción es ir «escondiéndote» en ciertas sombras ectoplasmáticas que están desperdigadas por la casa y atacarles por detrás cuando menos se lo esperan para acabar con ellos. Una vez has aprendido esto, ahora sí que toca ir al último piso y encontrarte con otra escena del crimen que empieza a ser ya algo más compleja.
Aquí empieza lo bueno: esto de recoger pruebas en la calle y de resolver el misterio de la mujer de mala vida no es nada en comparación a lo que te espera en el apartamento desde el que saliste disparado por una ventana. La cantidad de pistas aquí presentes es apabullante, y lo mejor de todo es que unas pistas van desbloqueando nuevos espacios y otras pistas inéditas para ir completando el «puzzle» de lo que ocurrió en este lugar. Pero, a ver, ¿qué ocurrió? Que cuando el Asesino de la Campana te tiró por la ventana en realidad le estabas haciendo un favor a una chica que se estaba escondiendo en otra habitación. ¿Quién es esta chica? Ni repajolera idea. Pero tras un par de posesiones y una cantidad incontable de paredes atravesadas a la búsqueda de esas pistas que has pasado por alto una y otra vez, finalmente decides que para saber más sobre la joven que se escondía del Asesino de la Camapana lo que tienes que hacer es dirigirte hacia la Iglesia de Salem.
Y aunque este debería ser el momento ideal para dejar aquí la primera partida, es inevitable querer ver qué ocurre una vez te puedes mover por la ciudad con total libertad… La respuesta a la pregunta es sencilla: Salem no es, definitivamente, un mundo abierto. Y, de hecho, la sensación inicial es que el camino parece estar bastante prefijado para llevarte de cabeza hacia la iglesia. Pero lo cortés no quita lo valiente, y hay que reconocer que esta ciudad americana tan mítica por su poso espiritista y por su afición a la brujería está recreada de cojones y que, por mucho que el camino desde el punto A al punto B parezca estar bastante prefijado, también hay que admitir que entre medias tienes bastantes cosas que hacer para no aburrirte: hablar con gente, poseer a otra gente, huir de los demonios… Ahora, eso sí, ya va siendo hora de dejar el mando y de dar por finalizada esta primera partida a «Murdered: Soul Suspect«.
[dropcap]¿[/dropcap]QUÉ PASARÁ? Es curioso y muy pero que muy interesante preguntar qué pasará en un juego como «Murdered: Soul Suspect» tras su primera partida… Porque, para empezar, muchos jugadores habrán huido ya a estas alturas: todos aquellos acostumbrados a la experiencia adrenalítica de los juegos de última generación habrán pensado que esto es un aburrimiento. Pero, ojo, porque todo aquel que pase por encima de esta sensación (injustificada) de tedio inicial, se va a encontrar con un juego que consigue algo inédito: plantear una jugabilidad realmente original y nunca vista.
Está claro que las referencias juegan un poco en contra de «Murdered: Soul Suspect» (a estas alturas, pensar en un título que mezcle «Hard Rain«, «Alan Wake» e incluso «Silent Hill» hace que las comparaciones jueguen directamente en su contra)… Pero también debería estar claro que esta mezcla entre investigación a lo «L.A. Noire» y un tempo jugón lejos de la búsqueda de sustos o de situaciones de estrés puntuales es algo que no se había visto nunca antes: no es nada complejo y más bien surge de la suma de gameplays ya existentes, pero lo que ha de primar aquí es la sensación de estar ante algo nuevo y único, ante un juego muy especial al que apetece jugar durante largos ratos para conseguir una inmersión real tanto en sus ambientes como en su propuesta de juego. Todavía nos queda mucho Salem por investigar y muchas pistar por revelar antes de llegar al Asesino de la Campana. Y, por una vez, es un gustazo tremendo saber que no sólo es que lo puedas hacer a tu ritmo, sino que cuanto más lentamente lo hagas, mejor te lo vas a pasar.
DISPONIBLE EN… PS4, PS3 (versión probada), Xbox One, Xbox 360 y PC.