PRIMERA SEMANA. Dejemos aquí de seguir paso a paso la primera partida de «GTA V» y empecemos a hablar en términos más generales para ver qué nos da de sí el juego cuando te das cuenta de que no puedes soltarlo y de que, durante toda una semana, cada vez que has tenido un rato libre lo has empleado jugándolo. Para empezar, uno de los cambios más interesantes con respecto al título anterior: una vez Franklin y Michael entren en contacto, podrás controlar a cualquiera de los dos personajes cuando te apetezca. Lo mejor de todo es que, evidentemente, cuando manejas a uno el otro sigue haciendo de las suyas, así que no te asustes si resulta que pasas un rato con Michael y, al volver a Franklin, este está en un club de striptease y se ha cambiado completamente de ropa (a veces, con conjuntos muy horteras que tú nunca le permitirías vestir). Las posibilidades de «tuneo» en esta ocasión son muy locas: desde el principio no sólo tienes a tu disposición múltiples tiendas de ropa que van desde lo callejero (como esa Suburban en la que tienes que vestirte de «informático» para una de las primeras misiones de Michael) hasta lo pijo, sino que también puedes asistir a diferentes peluquerías (para cambiarte el peinado ¡o ponerte barba!) e incluso salones de tatuaje (algo que sólo parece ser aplicable a Trevor, por otra parte). Este abanico de posibilidades tuneras no se limita a los personajes, sino que en «GTA V» podrás tener tu propia colección de coches (almacenados en un garage) a los que podrás ir incorporando mejoras tanto de carrocería como de motor y tecnología. ¡Se acabó pillar un coche y destrozarlo! Esta vez, vas a tener que cuidar tus vehículos.
El mencionado baile de personajes, sin embargo, no es una opción que se quede en lo cosmético: es algo que mola cuando no tienes nada más que hacer que procrastinar, pero mola mucho más cuando estás en medio de una misión. Porque las misiones, en «GTA V«, se enfocan desde una nueva y muy singular perspectiva. Para empezar, no son algo que te encuentras cuando conduces hasta un punto en concreto del mapa: aquí hay que prepararlas. Desde un buen principio aparece un personaje, Lester, que viene a ser el «cerebro» de todas las operaciones: para empezar, te pide varias misiones de preparación para cada misión (conseguir esta furgoneta o aquel gas adormecedor), pero sobre todo se encarga de proporcionarte varias opciones para que construyas tu propio equipo para cada nuevo golpe. Siempre te da dos opciones (dos especialistas en armas, dos especialistas en vehículos, dos especialistas en informática), uno barato y uno caro, y del equilibrio final de tu equipo dependerá tener un buen botín y poder llevarte más en el reparto. Una dinámica que te pide mucho más que disparar sin ton ni son: ahora las misiones son mucho más cerebrales, y si a eso le sumas que tienes que estar pendiente de varios personajes que hacen cosas diferentes en diferentes puntos del mapa, el resultado es una absoluta locura.
Pero esto es un «Grand Thet Auto» y, como tal, también toca ponderar la experiencia de conducción. ¿Veredicto? «GTA V» es, más que probablemente, el título con mejor experiencia de conducción de toda la saga. Ya no es sólo que las amplias avenidas de Los Santos, con sus subidas y bajadas, con sus túneles y palmeras, sea un panorama excepcional sobre el que conducir a toda velocidad, es que además el coche parece agarrarse de forma más natural que en «GTA IV» (sobre todo, en las curvas). Hay mucha menos policía por la calle y no tienes que preocuparte continuamente por aquello de darle un golpecito a uno de sus coches y que eso desemboque en una persecución innecesaria. Y, sobre todo, ¡el nivel de las radios de «GTA V» es tremendísimo! Mis preferidas son Non Stop Pop (cada vez que sale el «Lady» de Modjo o el «Gimme More» de Britney me siento fatal por atropellar a gente y sólo quiero hacer cosas felices y maja -lo que es bastante difícil en Los Santos-), Soulwax FM (siempre que necesito el boost de musicón electrónico) y FlyLo FM (cuando estoy animado pero sofisticado), aunque también es cierto que de pronto caigo en Worldwide FM y lo flipo con que me salte el «Cold Air» de inc. Muy interesante también es que, de pronto, estés manejando a Trevor (que es un puñetero redneck pero mola hasta el infinito y más allá) y él decida que a Rihanna la escuchas en tu puñetero iPod, pero no en su coche, cambiando la emisora hacia algo mucho más rock. Hay que ser fan.
Otra diferencia con respecto a la anterior entrega son las actividades de ocio disponibles en Los Santos: si en Liberty City había todo un conjunto de actividades a las que sólo podías acceder en compañía de tus colegas (para ir construyendo una buena relación), en este caso puedes acceder a todas ellas desde el principio y desbarrar de lo lindo. Lo cierto es que es impagable coger a Michael e irte a jugar al tennis o al golf (esta última opción, creedme, es de traca y muy peligrosa: prepárate a perder mucho tiempo con los palos de golf en las manos), pillar a Franklin e ir a dar un paseo en bici por la playa o a hacer prácticas de tiro e incluso hacer que Trevor vuelve por los aires con sus avionetas destartaladas. Aquí entra otra cuestión a tener en cuenta: algunas de estas actividades ayudan a mejorar las habilidades de cada personaje (ir en bici aumenta la resistencia, las prácticas de tiro mejoran la puntería). Y es que, en esta entrega, cada personaje tiene unas barras de habilidades de base que hay que ir mejorando (Michael tiene buen tiro pero mala resistencia, por ejemplo, mientras que Franklin tiene buena conducción pero mal tiro) en pos de conseguir unos personajes lo más equilibrados posibles que nos ayuden a resolver de forma más fácil las misiones que están por venir.
Esta novedad (la de las habilidades que hay que ir mejorando como si de un RPG se tratará), junto a las misiones más pensadas y a los tuneos variados, hacen pensar que «GTA V» va a presentar una de las curvas evolutivas más perfectas de la saga e incluso de la historia de los videojuegos. Si el acceso a las diferentes zonas del mapa era en «GTA IV» era algo un pelín forzado pensado para forzar una curva de aprendizaje ponderada (a medida que avanzabas en las misiones, la policía iba desapareciendo de los puentes y podías ir accediendo a nuevas islas del mapa de Liberty City), en este caso desde el minuto cero puedes ir a cualquier punto de Los Santos y alrededores. Pero, ojo, curiosamente (lo más normal será que) no lo harás, sino que irás descubriendo las zonas en el orden propuesto por la línea argumental: primero conoces la zona baja de Los Santos junto al muy barriobajero Franklin, luego la zona alta junto al ricachón Michael y finalmente te adentrarás en la América profunda de la mano de Trevor. Los cambios son ostensibles: en la zona de Michael hay cochazos impresionantes mientras que el pueblo de mierda de Trevor está habitado por quads con los que puedes hacer verdaderas locuras por parajes desérticos o directamente por la montaña. Pero todo (absolutamente todo) está pensado para que lo vayas descubriendo y controlando de forma evolutiva y natural. Ahora bien, la locura y el caos siempre están al alcance de tu mano. Y ya sabemos que los jugadores de «GTA» son (somos) adictos a la locura y al caos.
¿QUÉ PASARÁ? Hasta donde he podido llegar yo, la historia de Michael y Franklin está a punto de confluir con la de Trevor: en un principio, cuando controlas a Trevor los otros dos personajes están «escondidos» tras dar un golpe que les ha convertido en noticia mediática… Pero no cabe ninguna duda de que los caminos de los tres acabarán encontrándose para formar el equipo definitivo destinado a dar los golpes más espectaculares de la saga «Grand Theft Auto«. La trama argumental es impredecible, pero una cosa sí puedo afirmar tras una semana de juego: el tono es mucho menos oscuro y mucho más cachondo que en «GTA IV«. Ni mejor ni peor, pero esto asegura que jugar a esta entrega de una saga cada vez más autoconsciente va a ser (de nuevo) una de esas experiencias que sólo ocurre una vez en tu vida como jugón. Lo intuíamos. Pero ahora, definitivamente, ya lo sabemos.
DISPONIBLE EN… Xbox 360 (versión jugada) y PS3.