SÁBADO, 23 DE MARZO. Le correspondió abrir el segundo turno del festival al grupo local Postergel, que fue bien acogido en casa. Tras ellos, Varry Brava sorprendieron gratamente, ya que su directo transmitió muchos más matices que el sonido demasiado comercial y homogéneo de su disco, “Demasié” (Darlalata, 2012). A destacar el papel de su vocalista, Óscar Ferrer, un auténtico showman (en el buen sentido de la palabra) que logró meterse al público en el bolsillo y crear un gran ambiente festivo, algo nada típico a tan tempranas horas. Esto venía a demostrar que, en contra de mis pronósticos respecto al cartel, el menú del sábado parecía que atraería a una mayor cantidad de asistentes al recinto.
El pop ochentero bailable pasaría el testigo al rock crudo de Idealipsticks, compuestos por Eva y Jave Ryjlen, aunque sobre el escenario aparecieron en formato quinteto. Su rock clásico y, a la vez, moderno, en la línea de grupos como The Kills o B.R.M.C., hizo que la juventud que se había agitado con Varry Brava protagonizara una relativa desbandada. Aupados por un sonido excepcional, se podrían calificar como la sorpresa del FiV 2013. Un hecho a tener en cuenta para que se incluyan con más frecuencia este tipo de bandas con un estilo rudo y auténtico en eventos como este, y que no siempre prime la vertiente mainstream…
Sobre los hombros de La Habitación Roja recaía la responsabilidad de evidenciar quiénes eran los veteranos del certamen. Y así lo hicieron, ejecutando un recital impecable y demostrando su dilatada experiencia sobre las tablas. Resultó curioso observar que, pese a su longeva trayectoria, siguen renovando su legión de seguidores, que acompañaban las letras tanto de sus éxitos clásicos (“Posidonia”) como de las piezas recientes (entre ellas, “Indestructibles”). La Habitación Roja siempre fue una banda que estuvo ahí y que mereció más durante su carrera, quizás lastrada por la alargada sombra de Los Planetas.
Posiblemente, el concierto más esperado por la mayoría de asistentes al FiV, sobre todo por los más jóvenes del lugar, fue el de Supersubmarina. Recuerdo haber visto a este grupo en directo hace unos años y hoy sigo sin explicarme cómo ha aumentado tanto su alcance: no deja de ser una versión (aún más) light de Vetusta Morla. Su sonido no llegó a cuajar, y su puesta en escena no encajaba del todo con su estilo: la táctica de llenar el decorado de humo no va con un grupo como Supersubmarina. Detalles como ese aparte, el público disfrutó plenamente, lo que constató el acierto de la organización del festival al apostar por los jiennenses.
El trío de Manchester The Whip, única referencia extranjera del evento, ejerció un papel similar al de Delorean la noche anterior. Se emplearon a fondo y exhibieron su potencia, con su maquinaria electrónica perfectamente engrasada para expandir su pop-rave por toda la carpa. Fue el momento ‘temazo’ del festival, expresión bien visible en los carteles que se distribuyeron para la ocasión y que se pudo aplicar a todo el concierto de los mancunianos.
Para bajar de manera explosiva el telón del FiV 2013, Elyella DJs jugaron sobre seguro: pincharon todos los hits del momento para que la muchachada no parara de bailar y corear temas tan obvios como “Midnight City” de M83. Finiquitada su sesión, la fiesta aún no había llegado a su fin: Eme DJ, habitual en otras ediciones del festival, haría girar sus platos en un emplazamiento alejado del espacio del FiV, en la discoteca Troco. Fue singular (y algo decadente) la peregrinación de ‘fivers’ bajo la lluvia en busca del local. Una vez en su interior, también resultó chocante observar la composición del público allí reunido: los clientes habituales, los fans de Juan Magán y los jovenzuelos devotos de la dj. Marta ofreció un set encauzado hacia lo electrónico (lo usual últimamente en ella) aunque sin olvidar los super-hits indies, pasados pertinentemente por la electro-batidora.
[Ernesto Lois] [FOTOS: Pilar Peleteiro]