Nuestra crónica de la jornada del viernes del FIB 2017 lo tiene muy claro: el de Mykki Blanco ya es el mejor concierto de todo el festival.
Después de darlo todo el primer día (un clásico festivalero), la segunda jornada del FIB 2017 fue mucho más tranquila. Y no porque faltaran aventuras, no, sino más bien porque, por suerte, el calor y el sol no apretaban tanto. El objetivo del día estaba claro: Mykki Blanco. Pero, antes, era el momento ideal para marcarse la ruta del rock underground antes de llegar al rap más transgresor.
El cuarteto catalán de rock Mourn actuaba en el escenario Las Palmas. Todos los miembros de la banda iban conjuntados, vestidos de blanco con manchas de colores de pintura. En realidad, no hace falta explicar mucho sobre ellos. ¿Conoces a Mourn? Es una de las formaciones con más talento en el panorama del rock nacional y, aunque parezca mentira, el miembro más viejo no tiene ni 25 años. “Ha, Ha, He” es su segundo disco, y es un trabajo imprescindible para entender cómo están viendo las nuevas generaciones las bandas de guitarras y de rock al uso. En mi caso, era la primera vez que les veía sobre un escenario tan grande (la primera vez fue en la sala Sol de Madrid, y la segunda en el festival Tomavistas, también de Madrid), y hay que reconocer que no les vino nada grande. Quizá no había ni mil personas en el público, pero no hacía falta más gente para ratificar que Mourn es una de las bandas más a seguir de estos años.
De camino hacia Mykki Blanco, se imponía parada obligatoria en Alien Tango en la carpa de Radio 3. Ni que decir tiene que estos chicos murcianos son una de las revelaciones de este año: hace meses que se habla de ellos con insistencia y, si te gustan las bandas de rock psicodélico, son la nueva oleada de este género. Tuvieron algunos problemas de sonido, pero al final no fue nada importante. La mitad de la banda vive en Londres y viene tan sólo para tocar en nuestro país. Ellos mismos dicen que “hacen ensayos por Skype”. Bueno, al caso, que parezco la Wikipedia: a pesar de los fallos de sonido, son unos personajes dignos de ver en directo. La primera vez que les vi fue en el Cara B de Barcelona, y allá ya apuntaban maneras. Poco tiempo después, en el WAM de Murcia, Alien Tango la liaron parda e incluso montaron una pelea de almohadas sobre el escenario (y, evidentemente, el stage manager les quiso MATAR)… Y el FIB 2017 ha sido la confirmación de la banda con un show verdaderamente épico. Mención a parte para sus looks, que tampoco tienen desperdicio: es como si fueran de la primerísisisima etapa de Pink Floyd en el Londres más pre-psicodelia.
Y, entonces, por fin llegó el momento. En el South Beach Dance Stage vimos el que ya podemos decir que fue el mejor concierto de todo el festival: Mykki Blanco. El artista repitió varias veces que era su primera vez en el FIB y en Benicássim. La Mykki trajo un dj que llevaba una máscara negra tapándole media cara (todo lo que sea tapar caras y máscaras y el anonimato es lo más) y que, durante quince minutos, estuvo pinchando electrónica bastante heavy (parecía un after más que un concierto de media tarde). El show empezó y… Bueno, a veces es mejor ver un directo que intentar verbalizarlo a posterior. Pero venga, voy a intentarlo. Mykki llevaba un short de chándal y un tutú blanco. En la parte de arriba, una camisa de flores y una peluca castaña larguísima. Tengo que reconocer que Mykki Blanco me parece guapísima@. Como gay negro es divino, y como rapero negro gay transexual (o casi), más todavía.
Su concierto fue una performance al uso. ¿Esto qué quiere decir? Pues lo siguiente: el artista subía del escenario, bajaba, se echaba agua, nos echaba agua… Después, se puso a cantar en el centro de la pista, haciendo un corrillo a su alrededor, y desde allá bailaba y cantaba. Una maravilla. En una de esas, Blanco utilizó una de las barras que sostiene el escenario a modo de barra para hacer pole dance. Más tarde se subió a un edificio turquesa que había frente al escenario y se puso a cantar, bailar y regaló el micrófono a unos guiris fans. La cosa es que, cuando regresó al escenario, estuvo como diez minutos bailando y pegando botes porque no había otro micrófono. Se cabreó y, cuando consiguió un nuevo micro, dijo que había pedido dos micrófonos, tiró el suyo al suelo y se marchó del escenario. Vamos, una actuación como las de antes. Locura, espontaneidad y desenfreno. Así da gusto.
Tras Mykki Blanco la sensación era de “bueno, ya hemos visto todo, gracias”… Pero la melomanía no puede ni deber parar, así que seguimos de conciertos (y de cervezas, claro). Joe Crepúsculo, uno de mis artistas pop favoritos, no defraudó. Siempre guapo, siempre sexy y siempre talentoso, tocó en el escenario VISA y echó el cierre con “La Fábrica de Baile”. Nos chivaron que sólo gente de artistas y crews podía subir al escenario porque no dejaban subir al público de abajo, así que djs y amigos estuvieron bailando este hit para dar por finiquitado el concierto de La Crepus.
Mientras esperaba para ir a Austra, me sorprendió que 2manydjs abrieran su sesión con el hit “Everything Now” de Arcade Fire. Fue como… ¿ein? Austra, por su parte, en el mismo escenario que Mykki Blanco, convenció a todo el mundo. Aunque hubo pequeños acoples y problemas de sonido, fue un concierto para el recuerdo. Además, es que uno de sus teclistas no sólo es monísimo, sino que suele llevar vestidos y tacones a sus conciertos. En esta ocasión no fue así pero, bueno, ya nos quedamos con el dato y disfrutamos igual. [Más información en la web del FIB 2017]