La firma barcelonesa mârgarette presenta su primer fashion film dirigido por Nur Casadevall… Y una cosa te decimos: es tan bello como inquietante.
Por mucho que en España parezca que no nos damos por aludidos, lo de los fashion films es el presente perfecto de la moda. Y, como siempre que cualquier fenómeno se convierte en presente perfecto, existen dos posturas: copiar a los demás… o buscar nuevas vías de expresión. Decimos esto porque parece ser que en cuanto a fashion films sólo hay una vía posible. Si has visto cualquiera de estas micro-cápsulas fashionistas sabrás de lo que estamos hablando. Por eso mismo resulta tan estimulante toparse ante maravillas tan elocuentes y fascinantes como el primer fashion film de mârgarette.
Primero, sin embargo, hagamos las debidas presentaciones. ¿Qué es mârgarette? Básicamente, es esta una firma cien por cien barcelonesa que lleva desde el pasado año 2015 dándole caña a conceptos de proximidad (toda la producción es local) y minimalismo. Lo suyo son los diseños simples, sencillos, que facilitan la vida y la hacen más confortable sin necesidad de complicaciones superfluas. Eso es algo que puede verse, por ejemplo, en la colección de verano 2016… Que es precisamente el corazón del fashion film que nos ocupa y que ha dirigido ni más ni menos que Nur Casadevall, ganadora del Premio a la Mejor Directora de Cortos en el último Festival de Málaga gracias a su pieza «Lina«.
Sólo hace falta que le des al play para entender el motivo de ese premio y de nuestra excitación con el fashion film de Casadevall para mârgarette. En este, en vez de a todo un conjunto de niñatas felicianas haciendo el canelo, vemos a unas chicas apocadas, dulces, tranquilas y bellas, evidentemente. Las protas están en una casa del pirineo catalán que resulta estar más viva de lo que parece, de tal forma que las chicas se acaban comunicando con ella a través de las sombras.
Por encima de todo lo dicho, una mesmerizante voz en francés dice lo siguiente (y te lo traducimos para que sepas de qué va todo este tinglado): «Mi película, digo, mi casa, es tímida, pero cuando se lo pido, juega con nosotras. Nos hace bailar sus suelos, reinventar las utilidades de sus maderas, gemir sus sillas… Sin saber desde dónde nos mira, nos mostramos, porque tenemos mucha sed y buscamos dónde se halla lo prohibido. Sobre todo, sobre todo gozamos sabiendo que las sombras… nos desean«. Definitivamente, no es un fashion film al uso. Es mucho mejor que eso.
Más información en la web de mârgarette.