El punto y final a fantasticmag.es lo pone Raül De Tena en una despedida que explica este cierre tanto desde lo racional como desde lo emocional.
Hace días que le doy vueltas a cómo atacar este texto que tanto me está costando escribir, y la conclusión es que existen dos posibilidades. De hecho, son las dos estrategias más comunes a la hora de abordar cualquier tipo de problema: la aproximación racional (que suele arrojar un panorama con claroscuros) y el enfoque emocional (que suele conducir a conclusiones más coloridas y cálidas).
Así que empecemos por lo que duele: la aproximación racional al punto y final de esta web al frente de la que he estado durante 14 años. Si me remito a los datos puros y duros, la acción «fantasticmag.es echa el cierre» queda perfectamente explicada por todo un conjunto de motivos que apelan a la causa / efecto más lógica. Hace días (y semanas… e incluso meses) que comento este punto y final con ciertas personas, y la reacción más común ante la noticia siempre suele ser la misma: «es el signo de los tiempos«, me dicen.
¿Pero en qué consiste realmente este «signo de los tiempos»? Porque, en verdad, podemos hablar de varios signos. Y alguno de ellos son signos tan ambiguos como el hecho incontestable de que no hemos decidido echar el cierre por falta de visitas, ni mucho menos. A este respecto vamos muy bien servidos, muy probablemente por el gran archivo de contenido que tenemos a nuestras espaldas (una verdadera guía / diccionario para entender los últimos 14 años de cultura internacional) y por el engagement de ciertas redes sociales que hemos ido construyendo con mimo y cariño en ese mismo espacio de tiempo.
Pero, entonces, si las visitas van bien, ¿por qué decidimos que ya está, que fue suficiente, que se acabó? Pues aquí llegan los otros signos de estos tiempos en los que, fundamentalmente, poco sentido tiene mantener una cabecera que originalmente fue concebida como web de noticias. Para empezar, mantener un sitio de noticias requiere un músculo (laboral y económico) que hace tiempo que no tenemos en fantasticmag.es: un sitio de noticias debería publicar, qué sé yo, más de diez piezas al día… y eso es algo que hace mucho tiempo que está fuera de nuestras posibilidades. Así que, si tienes el músculo suficiente como para mantener ese ritmo, genial. Pero, si no es así, ¿dónde está el sentido de mantener el interés por una actualidad que solo podrás ofrecer de forma sesgada y parcial?
Más todavía en un mundo en el que el formato «noticia» está tocado y casi hundido. Y no me extraña. ¿Quién quiere leer una noticia sobre la gira de un grupo cuando seguro que ya lo ha visto en un post de Instagram del grupo en cuestión? ¿Para qué embarrarte con un texto neutro sobre un desfile de moda cuando has visto el streaming por YouTube y lo has cotejado con las opiniones de tus informadores de confianza? ¿Para qué aburrirte con una pieza sobre un estreno de cartelera cuando ya te has enterado a través del boca / oreja en X y Threads?
La mayor parte de noticias especializadas suelen contener un exceso de paja que sobra en un mundo acostumbrado a acceder a la información de actualidad a través de redes como las mencionadas X o Threads, donde el sistema de hilos permite incluso abordarlas en profundidad. Y diré más: ya hay informadores de puta madre abordando las noticias a través de Reels y TikToks de una forma más cercana y divertida pero igual de rigurosa de lo que siempre lo hicimos los medios de actualidad.
Porque el interés por la actualidad no ha muerto. Lo que ha muerto es el interés por la forma de dar la actualidad que ciertos medios creyeron que sería hegemónica por los siglos de los siglos. Ser un periodista y lloriquear porque la gente no lee no sirve de absolutamente nada: lo que procede es analizar cómo accede la gente a la información y probar que la comunicación es tu verdadera pasión intentando adaptarte a estos nuevos canales y formas.
Y aquí viene cuando, antes de moverme hacia el enfoque emocional del cierre de fantasticmag.es, voy a permitirme meterme en barrena personal. Hay una tendencia que vengo observando en el tráfico de esta web desde hace tiempo: todas las visitas que en el pasado nos llegaban a través de las noticias nos llegan en los últimos años a través de los artículos en profundidad. Dicho en forma de titular periodístico: el long-content se está imponiendo.
Y no podría parecerme mejor porque, al fin y al cabo, ya hace mucho tiempo que me venía pareciendo una pérdida de tiempo emplear una parte de mi energía en redactar noticias cuando lo que quería más bien era lanzarme a chapotear en un artículo con la mayor profundidad posible. Puede que a ti te dé un palo de la ostia leer una noticia y prefieras un texto con las claves para comprender la última película de la que todo el mundo habla en internet… Pero es que a mí me ocurre exactamente lo mismo como periodista: no encuentro la motivación para escribir noticias a la vez que no puedo parar de fantasear con artículos en profundidad.
Ahí, y también en los nuevos formatos (Reels, TikTok, newsletter, ¡lo que me echen!), es donde quiero invertir el tiempo que me sobre una vez se haga efectivo este punto y final de fantasticmag.es sobre el que estoy reflexionando aquí y ahora. Y esto me lleva, por fin, al punto de vista más colorista y cálido que siempre aporta el enfoque emocional. Un enfoque que me hace pensar con un cariño infinito en todo lo bueno que me ha aportado esta web en los últimos 14 años de mi existencia.
Fantastic Plastic Mag nació con la clara intención de crear un espacio que explorara algo que nadie más estaba explorando en aquel momento: la intersección entre la baja y la alta cultura permitiendo que las formas de una permearan en la otra. Siempre puse el mismo ejemplo, pero voy a repetirlo: esta es una web en la que queríamos hablar de Britney Spears elevándola como objeto de análisis culterano pero donde, a la vez, alguien como Bonnie «Prince» Billy pudiera ser tratado de forma cachonda y accesible.
Esto hizo que, en toda su existencia (ya fuera con el Plastic en su nombre o sin él), fantasticmag.es se convirtiera en un punto de encuentro de todo un conjunto de redactores que compartían no solo una pasión por lo que escribían, sino una libertad absoluta a la hora de abordar esas pasiones. Una y otra vez he repetido lo mismo a los redactores de esta casa: «da igual la extensión de un texto, su lenguaje o su estructura, si escribes con pasión por lo que sea, esa pasión acabará tocando al lector«. Y eso es lo que siempre hemos buscado: tocar al lector. (De formas apropiadas y siempre con su consentimiento. Obvio.)
fantasticmag.es me ha dado la oportunidad de trabajar con algunos de los periodistas que más admiro. Algunos tuvieron aquí su primera oportunidad y ahora lo están petando en otros medios. Otros sé que acabarán encontrando el espacio en el que petarlo, porque solo puede ser cuestión de tiempo que canalicen su pasión en otros lugares que espero que les reciban con los brazos abiertos.
Esta web también me ha ofrecido excusa perfecta para acumular vivencias ligadas a mis grandes pasiones: la música, la moda, el cine, los libros, los cómics, los videojuegos. Pero no quiero convertir este texto en un listado sobre los redactores a los que siempre voy a echar de menos ni de las experiencias maravillosas que me ha aportado fantasticmag.es.
Porque supongo que, si has llegado hasta este punto de mi texto, eso solo puede significar que nos habrás seguido lo suficiente para saber de qué estoy hablando. Eso significa que, si echas la vista atrás y recuerdas tus artículos favoritos de esta casa, seguro que te ves invadide por los colores de arcoíris y las calideces tropicales que me invaden a mí cada vez que echo la vista atrás y pienso en todo lo que he vivido en este espacio privilegiado.
Y ahora me doy cuenta de que me estoy alargando y alargando y alargando a la hora de escribir esta despedida porque, básicamente, no quiero poner el punto y final a este texto. Por todo lo que tiene de significativo. Pero no puedo alargarlo más…
Llegados a este punto, solo me queda darte las gracias a ti, lector, por habernos acompañado en esta aventura que ha durado casi quince años. Y animarte a que, si te gustó todo lo que hicimos aquí, sigas a todos aquellos que hemos formado parte de la familia fantasticmag.es en sus nuevas aventuras. Porque claro que hay futuro para nosotros, para la actualidad, para la información y para la pasión por la cultura que compartimos todos nosotros, periodistas y lectores. Claro que hay un futuro esplendoroso… por mucho miedo que tenga yo ahora mismo a la hora de escribir este PUNTO Y FINAL.