Definitivamente, Rihanna está empeñada en demostrarnos que ya no es una choni y que su intención es cambiar de rumbo. Ya lo hizo con «Diamonds«, su primer avance de «Unapologetic» (Def Jam, 2012), que además de ser una canción sin las estridencias poligoneras habituales en ella era un temazo de tomo y lomo. Y ahora sigue explorando el rollo baladón clasicote con «Stay«… Esto, sin embargo, no es un temazo, sino una composición aburrida como pocas en la que además se hace acompañar de Mikky Ekko, que no tenemos ni repajolera idea de quién es (suponemos que alguien del mainstream yanki) pero que nos parece una horripilante mezcla de Mika, Gotye y David Bisbal. El videoclip, además, es tanto o más aburrido que la canción, con un Ekko empeñado en mostrar que su permanente tiene una caída fabulosa y con una Rihanna poniendo ahora sí y ahora también una estudiadísima cara de yonki en plena bajuna de depresión química. No hay por dónde coger esto.