El principal problema de dirigir un videoclip de putísima madre para una canción que no es tan de putísima madre es que, al final, resulta que por muy bueno que sea tu video tampoco es que puede elevar el nivel del tema en sí… Algo así pasa con la última pieza audiovisual surgida del horno -calentísimo- de Canada: su visión futurista de una mezcla entre rugby, baseball, motocilismo y speedball es fascinante con todas las de la ley. Sus cuatro minutos pasan volando con todo lo vibrante de un partido de cualquier deporte que te mole (y en el que haya amplias dosis de violencia y mamporros y, de vez en cuando, sangre) pero también con la adrenalina de una milimetrada peli de acción futurista e incluso el coolism estético del último «Tron«. El principal problema es que nada de lo dicho es capaz de levantar un poco el ánimo a la hora de echarse a los oídos un tema tan desangelado como este «New Lands» de Justice. Pero, vamos, tampoco es cuestión de pedirle peras al olmo. Y, por mucho que nos dieran piyulismo del bueno en el último Primavera Sound, el nivel de su «Audio, Video, Disco» (Ed Banger, 2011) es el que es. No hay más.