El nuevo videoclip de Joana Serrat, «Green Grass», no podría llegar en un momento más adecuado para darnos un chutazo de nostalgia infantil.
Si nos hubiera tocado empezar a hablar de Joana Serrat hace un par o tres de años, está claro que le hubieran llovido las comparaciones con esa casta de cantautoras folkies españolas que parecían comandadas por Russian Red y Anni B Sweet cuando, en verdad, ahí no había nada que comandar: tan sólo una feliz coincidencia espacio-temporal. Nada de una escena. Nada de una generación. Así las cosas, el advenimiento de «Dear Great Canyon» (El Segell del Primavera, 2014) hay que tomárselo como lo que es: el debut en mayúsculas de una artistaza que, sí, es una cantautora y que, vale, tiene toques de folk más que evidentes… Pero es que, si nos diera por generalizar con todas las misses mundiales de estas características íbamos a obtener el conjunto más heterogéneo y loco de la historia.
Así que nada de forzar linajes: Joana Serrat huye de los tópicos de languidez femenina para practicar un género de formas delicadas que se ven tambalear continuamente por la fuerza de su garganta. Y, sobre todo, esta mujer practica himnos de folk-rock con toques de pop pastoral que se te quedan entre los labios como una brizna de hierba en el campo durante el refrescar del anochecer en medio del campo. Un buen ejemplo es el primer single de «Dear Great Canyon«, esta pletórica «Green Grass» que ahora, además, también tiene videoclip dirigido por los heramnos Joel y Riki Rojas: una pieza de belleza a flor de piel en la que dos niños, uno vestido de vaquero y la otra de indio, juegan en un bosque de verdes cegadores hasta que se topan con un grupo de caballos que corren libres pero que tienen un momentico para pararse y socializar un ratico con los críos. No sabemos vosotros, pero a nosotros este video nos ha dado un chute de nostalgia de aquí no te menees.