Además de la casa de comidas y bailes Libertine, el hotel Casa Bonay también tiene una propuesta para el mediodía: la taberna vietnamita Têt.
Hace escasos días que, a tenor de este artículo sobre el Libertine, aprovechaba para soltar una extensa perorata sobre Casa Bonay como nuevo espacio barcelonés que puede solucionar muchas necesidades diferentes en diferentes momentos del día (o de la semana o de la vida, qué sé yo). Ya quedó suficientemente claro que el Libertine, haciendo honor a su apodo como «casa de comidas y bailes«, está llamado a convertirse en el verdadero club social de esta temporada y de las que están por venir. También se debió intuir que los desayunos servidos en Libertine a cargo de Satan’s Coffee Corner y que el espacio de cafetería regentado por estos mismos junto a Mother son un nuevo punto de encuentro foodie.
Pero, entonces, ¿qué papel juega Têt en todo esto? Vayamos por partes: Têt es una taberna vietnamita que invade sanamente el espacio de Elephant, Crocodile & Monkey durante las horas del mediodía. Esto viene a significar que, en estos horarios, el restaurante de Casa Bonay abandona su carta nocturna pero, para placer del visitante, conserva su extensísima bodega de vinos naturales y de cervezas crafties. Todo son ventajas. Además es que, al fin y al cabo, la propia disposición del espacio en Elephant, Crocodile & Monkey casa a la perfección con la idea que cualquiera puede tener en la cabeza de una taberna vietnamita.
El local tiene una inmensa barra a la vista que es donde el chef Estanis Carenzo (responsable, a su vez, de la mencionada selección de bebidas, la carta del Libertine y la del Elephant, Crocodile & Monkey) y su equipo ejecutan algunas de las principales preparaciones del Têt (otras las completan en la cocina interior). El resto del local es un espacio acogedor de maderas oscuras, iluminación tenue pero suficiente, mesas confortables y una amplia puerta / ventanal que da a plena Gran Vía, al lado de Plaza Tetuán (ya que, por si todavía no te había quedado suficientemente claro, Casa Bonay está en el número 700 de la mencionada Gran Vía).
Todo el local, sin embargo, parece articularse en torno a la magnánima barra, que es donde están situadas las planchas que son el corazón de esta taberna vietnamita. Al fin y al cabo, la propuesta de Têt se basa en dos conceptos sencillos pero sofisticados… Por un lado, la taberna nació para ofrecer algo que no existiera en la zona (es decir: la cocina vietnamita) pero que, sobre todo, fuera competitiva con sus precios para poder establecerse con holgura entre las ofertas de menús de mediodía que les rodean (el precio medio del menú ronda los 15€). Por otro lado, el Têt nunca pretendió tener una carta extensa que abrumara a los clientes, sino más bien centrarse en un par de conceptos y llevarlos hasta su máximo extremo de calidad.
Lo han conseguido. La primera preparación estrella de Têt es, sin lugar a dudas, el pho: la típica sopa vitenamita que aquí es servida al momento dentro de un cuenco en el que ya hay algunos ingredientes (entre ellos, una carne cruda que se cocinará instantáneamente con el calor del caldo) y que se acompaña de otro plato de vegetales que el comensal puede añadir al gusto para variar sabores y picantes. No hay duda: el pho es la apuesta perfecta para días de bajuna física o emocional, porque es un verdadero chute de energía… Pero si no estás para tal cosa, siempre puedes optar por la otra especialidad de la casa: la plancha. Ya sea pescado (lubina), carne (cerdo) o verdura (berenjena), el plato principal del restaurante sirve a unos preceptos puramente healthies pero sin sacrificar el sabor, que es siempre el epicentro de la cocina oriental.
Suma a todo lo dicho algunos acompañamientos (edamame, un delicioso rollito…) y ya tendrás el menú perfecto para cualquier mediodía. Y si ya decides concederte un grand finale con alguno de los postres, ya sean los más orientales con toques cítricos o la verdadera locura que es el postre de chocolates (sí, en plural), habrás convertido una comida normal de mediodía en un festín de esos que sueles reservar para el fin de semana. En definitiva: el Têt es otro motivo más para quedarse a vivir en Casa Bonay y no salir de allá nunca jamás. [Más información en la web de Casa Bonay]