En mi última visita a Londres, hubo una cosa que me dejó bastante alucinado: uno de los mejores cafés que tomé durante aquellos días no fue en ninún bar, sino en el coffee corner de la tienda Present (visita obligadísima en Shoreditch High Road, por cierto). Lo que me llevó a pensar: ¿por qué no habíamos importado todavía el concepto de coffee corner a Barcelona, ciudad en la que nos encanta echarnos a la calle con una buena bebida en la mano? Porque, quien más y quien menos, pasó su época de vicio con el puñetero Starbuck’s tan sólo porque era nuevo y porque era la mar de fardón eso de ir con la bebida en la mano mientras ibas de tiendas o en tu camino de pintos a valdemoros. Claro que luego llegó el momento de rendirse ante la certeza de que el café del Starbuck’s es pura mierda… Y más tarde también llegó esta fiebre por encontrar el café perfecto en la que vivimos inmersos hoy en día. Razón de más para que llegara a nuestra ciudad (y a nuestro país) el concepto coffee corner.
Si todo lo dicho más arriba ha estimulado tu lado más sibarita del café o, simple y llanamente, no quieres perder la oportunidad de apuntarte al rollo grab & go apuntando hacia lo más alto, no puedes dejar de apuntar en tu Google Maps la siguiente dirección: número 25 del Carrer del Peu de la Creu (justo al final de ese vórtice de coolism en el que se está convirtiendo la calle Joaquim Costa). Allá está el primer coffee corner de Barcelona, justo detrás de un cristal en el que consta uno de los nombres más tremendos con los que te habrás topado en los últimos tiempos: Satan’s Coffee Corner. Las reglas del lugar son simples: sólo hay take away, sólo se puede pagar en cash y no hay descafeinado (ya sabes: el descafeinado es de losers). Por lo demás, todas las elecciones están pensadas para conseguir la mejor calidad: el café es de El Magnífico (con una mezcla que cambia cada mes y que se puede comprar aunque sólo sea para coleccionar las bolsas con nombres tan sugerentes como Blondie o Poison Ivy), la máquina es una Marzocco GS3, las tazas de papel tienen un estampado precioso y la leche es fresca. De 10 de la mañana a 6 de la tarde cada día… Yo sólo digo que estoy pensando en desviar mi camino diario al curro sólo para pillarme un café aquí cada mañana.
Pero como un coffee corner, por definición, es una esquina dentro de otro espacio, es imposible obviar que Satan’s Coffee Corner no podría haber encontrado mejor lugar para establecerse que Grey Street, una nueva tienda de regalos y mucho más que está en la misma dirección que consta arriba, evidentemente. Aquí es importante el «y mucho más«, porque la verdad es que este tipo de locales acaban valiendo lo que vale el gusto de su dueño y, en esta ocasión, el local tiene que valer mucho si nos guiamos porlo acogedor del propio espacio (con dos habitaciones pequeñas paro cómodas separadas por una pequeña escalera) o el mimo puesto en la decoración (con un precioso tocadiscos tan antiguo que incluso cuando lo estás escuchando no puedes creerte que funcione). Los artículos que allá pueden adquirirse van desde ropa hasta láminas ilustradas pasando por libretas, totes, figuritas, tazas, lámparas y todo un sinfín de propuestas geniales que, al fin y al cabo, están allá para hacer tu vida un poquito más feliz. Y ser un poquito más felices es lo que queremos todos… ¿no?