En Flax & Kale, la cocina vegetariana transmuta en cocina flexitariana: sana y sabrosa… Visita obligada en Barcelona incluso para los no vegetarianos.
La gran frontera vegetariana es conseguir que los no vegetarianos se interesen por esta cocina. A priori, los argumentos parecen estar del lado de la cocina vegetariana: es más sana, es más respetuosa con el entorno y ha sido la aguja a través de la que se han inyectado en nuestra comunidad foodie conceptos que ahora nos parecen tan normales como el km.0, el localismo o la obsesión por lo sostenible y lo eco. Pero también hay que reconocer que la cocina vegetariana siempre ha parecido tener un gran argumento en contra: el sabor. Para los acostumbrados a los desbordantes sabores de la cocina mediterránea tan aficionada a las grasas y a las proteínas animales, el 99% de los platos vegetarianos acaban resultando una especie de epítome de la sosería. Por eso mismo resulta interesante que, cada vez más, aparezcan restaurantes que apuesten por una cocina vegetariana en la que la máxima preocupación sea potenciar los sabores. En Barcelona, el paladín de esta tendencia sería, sin lugar a dudas, ese Teresa Carles que lleva ya varios años apostando desde su propio eslogan por lo «healthy & tasty»: si hay alguien en la Ciudad Condal que ha demostrado que puede existir una cocina vegetariana sabrosa, es el Teresa Carles.
Así que no es de extrañar que sus creadores hayan decidido embarcarse en una nueva aventura que vaya un poco más lejos en la colonización de lo «healthy» y de lo «tasty»: así nace Flax & Kale, un restaurante cuya premisa principal es ofrecer un conjunto de platos que encapsulen el equilibrio definitivo entre el placer puramente gastronómico y la valía nutricional. La principal variante con respecto a Teresa Carles es que, en Flax & Kale, el 80% de los platos son vegetarianos mientras que en el 20% restante se introduce el pescado azul sin que ello signifique una traición al ADN profundamente saludable del proyecto. ¿El resultado? El primer restaurante de cocina flexiteriana del mundo. Lo que nos lleva a otra pregunta: ¿y qué es la cocina flexitariana? Algo que sólo vas a encontrar en Flax & Kale y que, como su nombre indica, incluye una mayor flexibilidad con respecto a los valores comúnmente talibanes del veganismo militante.
Y es que lo verdaderamente relevante en el caso de Flax & Kale es su capacidad para ofrecer al paladar de sus visitantes una propuesta única y original en la que, evidentemente, vas a encontrar ingredientes habituales que actúen como anzuelo en tu memoria gustativa: imprescindibles resultan la hamburguesa de atún en pan integral con extracto de malta o el salmón horneado a baja temperatura con ensalada de quinoa y salsa de cítricos. Estos son los sabores «reconocibles», el anzuelo para que te lances a probar nuevos sabores e ingredientes que nunca han entrado en contacto con tu paladar y que en Flax & Kale quieren normalizar en tu dieta porque, al fin y al cabo, sueltos por el mundo hay todo un conjunto de «super foods» que son mucho más sanos y sostenibles que algunas de las sobre-explotadas materias de la era capitalista: el goji, el lino, el azuki, la chía… En forma de ensaladas y acompañamientos para comidas y cenas o como ingrediente ideal para desayunos y meriendas, esta apuesta de Flax & Kale puede acabar por convertirse en su mayor seña de identidad.
Eso si se lo permite otro de los grandes aciertos de Flax & Kale: reservar un espacio del local para Teresa’s Juicery, que resulta ser una apuesta en firme por los zumos cold pressed que en los últimos tiempos están ofreciendo una alternativa mucho más sana y durable a los zumos exprimidos en caliente (en los que la fruta pierde sus propiedades de forma mucho más rápida). De hecho, el rinconcito de Teresas’s Juicery da la bienvenida al visitante de Flax & Kale justo en la entrada del amplísimo local situado en el número 74B de la céntrica calle Tallers de Barcelona: una especie de cálida recepción antes de acceder a un espacio confortable y con una calidez que podría tacharse de hogareña si no fuera porque la decoración está medida al milímetro para convertirse en una celebración de esas verduras y frutas y que desde el piso inferior se observan en las omnipresentes alacenas de la cocina. Un piso superior asegura veladas más íntimas (con habitaciones de diferente tamaño) y, sobre todo, alberga un patio que próximamente se verá ocupado por un huerto urbano al que el visitante podrá acceder de forma libre. Al fin y al cabo, Flax & Kale está consiguiendo ampliar las coordenadas que ya estaban presentes en Teresa Carles: cocina sana, sabrosa y sostenible, pero con una amplitud de miras tan flexible que hace pensar que lo vegetariano también puede ser divertido. Incluso para los no vegetarianos.