LA FILLE DE NULLE PART. Jean-Claude Brisseau parece querer aunar naturalismo y sobrenaturalismo en este singular relato sobre Michel, un solitario profesor retirado interpretado por el propio Brisseau, y Dora (Virginie Legeay), una joven a la que acoge tras haber recibido una paliza en la misma puerta de su casa. Ganadora del Leopardo de Oro en el Festival de Locarno el pasado año, “La Fille de Nulle Part” seguramente constituye una de las citas clave del festival para la cinefilia más inquieta. [David Martínez de la Haza]
LES RENCONTRES D´APRÈS MINUIT. Voy a ser totalmente sincero al respecto de «Les Rencontres D’Après Minuit«: hasta hace unos días, ya andaba pululando por mi cabeza como una de esas películas que sonaron bastante en Cannes. Allà se dijo de ella que era la herramienta perfecta para que el director Yann González opositara a relevo de Almodóvar (pero, un momento, ¿ese no era Xavier Dolan?) y, sobre todo, que traía pegado a su celuloide al deportista Éric Cantona, aquí actor. Pero lo cierto es que en mi memoria quedó archivada dentro del apartado «pelis a las que no le voy a prestar toda mi atención ahora mismo y que ya exploraré en el futuro«. Craso error, porque fue empezar a indagar el programa del Festival de Sitges de este año y toparme con una sinopsis que me dejó con el culo torcío: «Una pareja y su sirvienta travesti planean una orgía. Entre los invitados, se esperan La perra, La estrella, El semental y El adolescente. Eso sí, antes de entrar en materia, deberán conocerse unos a otros«. Y punto. Poco más necesita ser dicho para que esta película llegue a su público. [Raül De Tena]
ONLY GOD FORGIVES. Nicolas Winding Refn vuelve a la carga con «Only God Forgives» tan sólo dos años después de dejar al personal con el culo torcido con «Drive«, película que algunos consideran obra maestra y otros una puta basura al nivel de Aída Nizar. Es cierto que a lo mejor estamos un poco hartos de ver a Ryan Gosling con dos líneas de diálogo en toda la cinta, pero es igual de cierto que «Only God Forgives» es uno de los visionados obligatorios del festival. Si «Drive» destacaba por su banda sonora magistral -porque, no nos engañemos, ese revival ochentero es de lo mejor que ha pasado en mucho tiempo-, la nueva cinta de Winding Refn destaca por una belleza visual inigualable. Planos que se convierten en verdaderas obras de arte listas para causarte vértigo, aumento del ritmo cardiaco y confusión. Vamos, auténtico síndrome de Stendhal. [Marco Ascione]