¡Qué gloriosa (y oportuna) coincidencia que la protagonista del nuevo reality de Cuatro se llame Corina! Por desgracia para todos, la interfecta no se apellida Zu Sayn-Wittgenstein y no es la «amiga del alma» de nuestro querido Rey (esto hubiera sido demasiado bueno para ser cierto): Corina Randazzo Lagamma es una malagueña de veintipocos de amplia sonrisa y escasa masa cerebral, hija de un adinerado empresario que busca «un Príncipe». Y como lo de buscar maromos en la discoteca está muy visto (y da poco rédito económico), Corina ha accedido a poner su búsqueda matrimonial en las manos de Mediaset, que ya sabemos todos que es la manera más efectiva de encontrar una pareja equilibrada, normal y nada friki. Claro que sí.
«Un Príncipe para Corina» es el nuevo reality de Cuatro y la nueva apuesta para batir audiencias esta temporada. En un movimiento de lo más curioso, Mediaset ha aprovechado el gran tirón que han tenido las dos temporadas de «Quién Quiere Casarse Con Mi Hijo» y ha hecho un clon que, en lugar de basarse en la búsqueda de pareja de varios candidatos, se centra únicamente en la de una: la dulce Corina. Así, «Un Príncipe para Corina» pasa a engrandecer el plantel de realities amorosos de Cuatro y, por lo que pudimos ver ayer noche, se sube definitivamente al podio junto a «Granjero Busca Esposa» y los #hijostróspidos.
Se nota que la maquinaria está engrasada y que no le ha dado tiempo a enfriarse: el programa de ayer fue trepidante, delirante y, por momentos, un poco psicotrópico. Los encargados de trasladar este formato a la pequeña pantalla aprenden con cada programa y han conseguido crear una marca identificatoria que se hace más grande con cada entrega: efectos de sonido, post-producción de lo más loca, banda sonora indie y, sobre todo, un montaje que desde su primer programa ya merece el TP de Oro para todo el equipo de post-producción. No nos consta, pero creemos muy firmemente que en las sala de edición de los realities de Cuatro fluyen los psicotrópicos y las drogas blandas sin problema. Si no, no nos lo explicamos.
Por no hablar de los encargados del cásting. Corina busca a su «Príncipe Azul» entre 24 candidatos que la dirección ha tenido a bien separar en cuatro grupos (ojito): «Los Guapos», «Los Únicos», «Los Simpáticos» y, ¡oh, gloria bendita!, «Los Nerds». Si no viste el programa de ayer, puedes hacerte una idea de la tipología que incluye cada grupo fácilmente. Sólo decir que entre los escogidos para la primera criba había un cuarentón que dice ser un vampiro de 2.800 años (y que en un inserto nos explicaba cómo hacia la colada: «la ropa blanca con la ropa blanca, y la ropa negra con la ropa negra«); un policia nacional que nosotros creemos que es un streaper y que lo más cerca que ha visto un uniforme de polícia ha sido en una despedida de soltera, que se reconocía aficionado a la filosofía y cuyos filósofos favoritos eran Platón, Nietzsche y Paulo Coelho; un nerd de veinte años que se declaraba fan de «Braveheart» y que se lamentaba de que «en el mundo no quedan caballeros porque todo el mundo está acabando con ellos» (horas después de verlo, aún no entendemos mucho qué quería decir con esto); un educador infantil de 34 años que aparenta 17 y que gusta de montar «fiestas medievales temáticas» y jugar al rol en vivo; un chino vasco que dice que no le gusta el porno pero que lo ve por necesidad -y que viaja a todas partes con un poster de Sasha Grey-; y un clon de Ken que dice que es «simpático como Ken; guapo como Ken, extrovertido como Ken, hijo único como Ken«, que anda como Ken y que se presentó a la gala vestido, efectivamente, como el Ken de «Toy Story 3«.
Y para completar el plantel, Corina contará con dos asesores que harán las veces de la figura materna de «QQCCMH«. Es decir, su función es marear, desconcertar y dar por culo todo lo que puedan… Y cuidado, porque a partir del segundo programa tendrán plenos poderes para echar a quien ellos quieran. Los elegidos son el típico amigo-marica mala, y la hermana de Corina, que en las redes sociales ya provocaba apuestas sobre cuántos candidatos de su hermana se iba a chuscar a lo largo del programa a sus espaldas.
Con todo, ayer pudimos disfrutar de nuevo de la gloria de la televisión en su mayor esplendor: una puesta en escena escalofriantemente kitsch (la cosa está grabada en un palacete de Tenerife), un ritmo perfecto, con bien de efectos, cortinillas, soniditos, silencios incómodos y momentos raros, unos protagonistas que en muchas ocasiones obligan a pensar que son actores porque no puede haber gente tan fuerte (cuando en realidad todos sabemos que sí la hay) y el hecho de estar viendo un engranaje en continuo proceso de perfección. «Un Príncipe para Corina» demostró ayer que tiene todas las papeletas para ser el éxito de la temporada salvo porque…
El mayor defensor y hostigador de estos programas en las redes sociales, el ilustre Hematocrítico, declaró ayer en Twitter que no iba ni a seguir, ni a comentar ni mucho menos a crearle un hashtag al programa; y con esto se lleva con él a sus miles de fans y seguidores que twitteaban con él cada entrega de «Quién Quiere Casarse Con Mi Hijo» y que sin duda ayudaron a que el programa fuera el éxito que fue. Y es que este misterioso gallego fue el primero en acuñar públicamente el concepto «tróspidos«, con el que definiría a los protagonistas del anterior reality casamentero de Cuatro. El término se hizo tan célebre que los propios responsables de la cadena ya lo utilizaban para publicitar el programa. Es más, como comentaba «Hemato» en un tweet, parece ser que el mismísmo director general de Telecinco se había referido al nuevo programa como «un cuento de hadas tróspido«, lo que habría provocado la ira del tuitstar que -suponemos- no está viendo nada de la buena publicidad que le ha estado haciendo gratis a Mediaset. Así, si vas a engancharte a «Un Príncipe para Corina«, debes saber que no habrá una «#corinatróspida» en Twitter. Hemato se lleva sus genialidades tuiteras a la Sexta porque ahora va, dice, con Chicote. De hecho, el programa despegó con un pobre 7% de share, que en términos de audiencia se puede considerara casi un fracaso…¿simple coincidencia o tendrá realmente algo que ver que el gallego y sus seguidores no tuiteran la primera entrega como hicieron en su día con «QQCCMH«?.
Nosotros no queremos escoger: seguimos siendo fans hasta la muerte de Alberto, pero este momento dominguero es demasiado bueno como para dejarlo pasar.