¿Recuerdas cuando el pop español era una manifestación multicapas capaz de calar hondo tanto en las masas como en las minorías? Parece complicado pero era lo más sencillo del mundo. Sería porque, en los 80, no había tanto prejucio. Sería porque, en aquel entonces, cantar en castellano no era una opción ideológica sino algo normal y corriente. Sería porque, al fin y al cabo, la tontería nos llegó a los indies en cuanto empezaron a prestarnos atención… Y cero tontería es la que tiene, precisamente, Javier Peña: guitarrista habitual de Nine Stories y ex Orleans que ahora debuta su proyecto personal, Tripulante y Crucero, con un EP de nombre tan escueto como «EP 2011» (Gran Derby, 2011) pero con tres canciones que de «escuetas» tiene poco. Tampoco es que sean barrocas: aquí hay pop radiable ochentero (e incluso ciertos toques del primer indie noventero) con toques tropicalistas entendidos sin experimentalismos pero con infinito gusto.