¿Creías que The Magic Numbers habían desaparecido como lágrimas en la lluvia? Ni hablar. Acaban de volver con la muy re-boniqui «Shot in the Dark».
Imaginad lo que os voy a explicar a continuación: esta mañana me despierto y, después de toda la liturgia habitual, me pongo delante del ordenador y me encuentro con un mail que me invita a escuchar el nuevo single de The Magic Numbers. Lo cierto es que he necesitado un momento para reponerme de la sensación de que me había visitado un fantasma… Y lo jodido es que, por un momento, no podía decidir si había sido una buena o una mala visita. La cuestión es que me he puesto a escuchar «Shot in the Dark» y todo se ha aclarado en mi cabeza: ¿cómo iba a ser mala la visita del fantasma de The Magic Numbers? Puede que, después del lanzamiento concatenado de sus dos excelentes y ya icónicos primeros álbums («The Magic Numbers» -Heavenly, 2005- y «Those The Brokes» -EMI, 2006-), tardaron tanto en lanzar «The Runaway» (Heavenly, 2010) que, por el camino, se perdió parte del encanto: el pop dulce de estas dos parejas de hermanos con sobrepeso pasó de ser algo re-boniqui a ser algo muy del pasado en tan sólo cuatro años. Y eso es fue una pena, porque incluso «The Runaway» contenía algún que otro temazo.
Pero aquí estamos, otros cuatro años después, y resulta que en todo este tiempo ni nos habíamos parado a pensar qué fue de The Magic Numbers. Pues resulta que no «fue» nada, sino que «sigue siendo» y los hermanísimos están a punto de lanzar el que será su cuarto álbum, que se titulará «Alias» (Caroline / Music as Usual, 2014) y que se lanzará oficialmente el próximo 18 de agosto. El primer tema de adelanto es ese «Shot in the Dark» que resulta ser una revisión del sonido habitual de The Magic Numbers con unos toques de stadium rock à la Neil Young que le sientan más que fetén: las harmonías vocales chico(s) / chica(s) siguen pillándote el corazoncito y estrujándotelo hasta el extremo… Y si eres capaz de llegar hasta los «uooohhhss» finales sin poner carita de pena y contonearte como hacías cuando creías que el pop podía salvar tu vida, es que no tienes corazón.