Las Casicasiotone se pasan a llamar LCC de cara a su nuevo disco, un pletórico «d/evolution» que presentan con el muy estimulante single «Quarz».
Abrir un artículo como este con un chascarrillo seguro que no es lo más inteligente… Pero lo cierto es que no puedo contener las ganas de hacerlo. Hace no demasiado tiempo, en una conversación cualquiera en la que no señalaré a nadie, saqué a colación el nombre de Las Casicasiotone y mi interlocutor, desconocedor de la obra de estas dos chicas, exclamó que llamándose así debían ser una banda de electroclash patrio chusco que se quedó anclada en el pasado. El comentario tiene su gracia, pero también me sirve para señalar varias cosas. Para empezar, el hecho de que las mismas Ana Quiroga y Uge Pañeda no debían andar muy contentas con el nombre de su proyecto, porque de cara a su debut en el sello vienés Mego han decidido dejarlo en LCC. Y, en segundo lugar, la anécdota ilustra a la perfección el nivel de desconocimiento injusto que en este país ostenta el musicólogo medio hacia una propuesta tan estimulante como la de Las Casicasiotone. LCC, perdonen ustedes.
Sea como sea, LCC acaban de lanzar su nuevo trabajo bajo el título de «d/evolution» (Mego, 2014), y el primer tema de adelanto se puede escuchar bajo el nombre de «Quarz«. De nuevo a vueltas con el naming: en esta ocasión, no se me ocurre mejor apelativo para este tema que el de «cuarzo», ya que el corte en sí es una bruma de drones envolventes bajo los que reptan sonidos de una era digital silenciosa e inquietantemente robótica. Nada de electroclash chusco: Ana y Uge siempre se han distinguido por su aproximación estilizada hacia la música (y el audiovisual) experimental sin sacrificar el factor emocional. Y en «Quarz» vuelven a volar alto a la hora de firmar una canción que opta por darte espacio mental, no por robártelo. Que aprendan otros.